La iglesia católica en México es plenamente consciente del momento complejo que vive el país en materia de inseguridad, reconoció, Pedro de Jesús Mena Díaz, obispo auxiliar de Yucatán, quien además subrayó que su postura firme y enérgica nace de su compromiso con el proyecto de Cristo y con la defensa de la vida humana como valor supremo, sin embargo, esto no les exime de insistir en que la misión de la Iglesia no es ajena a la realidad social, sino que, a la luz de la Palabra de Dios, le corresponde interpretar los acontecimientos que marcan la vida nacional, especialmente aquellos que se apartan del plan divino y dañan la convivencia, la paz y la dignidad de las personas.
Ante un 2025 que ha sido difícil para la religión católica, pues algunos de sus integrantes han sido víctimas de la delincuencia, pero además los recintos también han sido vulnerados con robos, recordó que, a lo largo de la historia bíblica, los profetas fueron llamados precisamente para ayudar al pueblo a tomar conciencia cuando sus acciones no eran acordes a los valores que Dios proponía, una tarea que hoy la iglesia continúa ejerciendo.
El obispo destacó que, frente a los escenarios de violencia e inseguridad, el primer llamado es a la solidaridad entre los ciudadanos y a la oración constante, como medios para caminar por el sendero de la vida y para pedir que se restablezcan la paz, los acuerdos y la fraternidad que la sociedad anhela. Recalcó que la esperanza no puede perderse, incluso cuando se atraviesan momentos difíciles y de profunda oscuridad.
En ese sentido, hizo referencia al mensaje propio de la Navidad, en el que se habla de un mundo sumido en tinieblas sobre el cual resplandece una luz. Explicó que los cristianos están llamados a seguir a Jesús, quien es esa luz, y a permitir que ilumine todas las sombras que hoy se manifiestan en la realidad social, política y humana del país.
Al ser cuestionado sobre la necesidad de que México tome acciones más firmes ante la inseguridad, subrayó que esta responsabilidad es compartida y que todos deben tomar conciencia del valor de la vida humana. Enfatizó que la vida de cada persona es lo más valioso que tiene la nación y que cualquier forma de violencia deteriora ese valor fundamental.
Finalmente, citó una reflexión reciente del Papa durante la misa de Navidad, en la que se señala que, mientras el ser humano pretende hacerse dios colocándose por encima de sus hermanos, Dios, siendo Dios, decidió hacerse hombre. Dijo que este mensaje invita a comprender la grandeza y dignidad de cada persona, y a asumir un compromiso real para construir una sociedad más justa, fraterna y en paz.
