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Yucatán

“Esto no se aprende solo con los ojos, sino con el corazón”: Partera de Yucatán destaca importancia de la sabiduría ancestral maya

Doña Rafaela Can Aké, originaria de Chumbec, Sudzal, ha sido testigo de 700 nacimientos y ha atendido a mujeres con problemas para embarazarse.
“Esto no se aprende solo con los ojos, sino con el corazón”: Partera de Yucatán destaca importancia de la sabiduría ancestral maya / Katia Leyva

Que las mujeres regresen a la medicina tradicional como camino para dar a luz, para sanar y para reconectar con la sabiduría ancestral que aún vive en las comunidades, compartió en entrevista con POR ESTO! Rafaela Can Aké, quien ejerce desde hace más de 40 años esta labor, desde la comisaría de Chumbec, en Sudzal.

Con más de 700 partos atendidos a lo largo de más de cuatro décadas, doña Rafaela no sólo ha sido testigo del nacimiento de cientos de bebés, sino también del debilitamiento de la confianza de los yucatecos en las prácticas tradicionales.

Doña Rafita compartió cómo su labor como partera fue un don que le llegó con el nacimiento de su primer hijo, dijo que, aunque al inicio dudó de sí misma, hoy sabe que su conocimiento es parte de un legado que no debe perderse.

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Esto no se aprende solo con los ojos, sino con el corazón y con la intuición”, afirma. Su experiencia no sólo ha salvado vidas, sino que ha ofrecido consuelo y respuestas a mujeres que, tras recorrer hospitales sin diagnósticos claros, han encontrado alivio y esperanza en sus manos.

Doña Rafita insiste en que muchas dolencias relacionadas con la fertilidad, el embarazo o el posparto no encuentran solución con la medicina moderna, porque ésta, dice, “no escucha al cuerpo como lo hacemos nosotras”. Por eso, llama a las mujeres, sobre todo a las jóvenes, a que no teman acercarse a las parteras, a los tés, sobadas o rituales que las abuelas usaban con naturalidad.

Destacó que desde que se dedica a esta labor ha podido certificarse como partera y cada vez que auxilia a una mujer, ella tiene que entregar una serie de documentos en los centros de salud para que le entreguen a la mamá del menor la hoja de alumbramiento y con eso tener un mejor control de los bebés.

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Este saber ancestral, lejos de oponerse a la medicina contemporánea, puede ser una herramienta complementaria poderosa, sobre todo en zonas rurales donde la atención médica muchas veces es escasa, fría o despersonalizada. “La medicina tradicional no es atraso, es conocimiento profundo que viene desde antes que existieran los hospitales”, sostiene.

Doña Rafaela también celebra que sus nietas han comenzado a involucrarse en esta labor, manteniendo viva una tradición que no sólo da vida, sino que devuelve dignidad a las mujeres en uno de los momentos más importantes de su existencia: el nacimiento de sus hijos.

Para finalizar, doña Rafita, reiteró la importancia de parir “desde la raíz”, desde el saber de la tierra, que también se le debe dar el valor de resistencia y de amor propio. “En estos tiempos, donde se pierde el contacto con lo esencial, lo importante es volver a confiar en la medicina tradicional maya, que es una manera de sanar cuerpo y alma”, concluyó.

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