Una escena desoladora alertó a la comunidad científica y ambientalista de Yucatán: 112 cacerolitas de mar muertas, la mayoría machos adultos, fueron encontradas en tan sólo 1.5 kilómetros de costa en la Reserva de la Biosfera Ría Lagartos, una de las zonas más importantes del país para la biodiversidad costera.
El hallazgo, sin precedentes en más de una década de monitoreo, fue realizado por estudiantes de Biología del Instituto Tecnológico de Tizimín, como parte del Verano Científico del TecNM 2025. Acompañados por el investigador Juan José Sandoval Gío, los jóvenes recolectaron muestras de agua y exoesqueletos en la localidad de El Cuyo, en el Oriente de Yucatán, donde documentaron la inusual mortandad.
El docente investigador dijo que la evidencia de cacerolitas muertas, cuyo nombre científico es Limulus polyphemus, debe tomarse con cautela porque esta especie está categorizada en peligro de extinción por la Semarnat.
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Sandoval Gío, líder del Laboratorio de Biotecnología Acuícola y Marina del TecNM campus Tizimín, advirtió que esta es la primera vez que se reporta una mortandad de tal magnitud en Limulus polyphemus.
Aunque aún se investigan las causas, una de las principales hipótesis es el aumento extremo en la temperatura del agua, que habría superado los niveles de tolerancia de esta especie milenaria.
Sin embargo, los antecedentes de contaminación crónica en la ría también pesan: glifosato, metales pesados e hidrocarburos han sido detectados en estudios previos realizados en la misma zona.
“Todas las muestras tenían glifosato. Encontramos residuos en el sedimento, en el agua dulce y en el agua salada. Es probable que las cacerolitas hayan ingerido organismos contaminados”, explicó el investigador, quien desde hace siete años encabeza una investigación sobre toxicología marina en la reserva.
Además del glifosato, se ha denunciado la captura ilegal de cacerolitas para usarlas como carnada en la pesca de pulpo, lo que agrava aún más su situación. Su desaparición podría causar un efecto en cadena sobre especies clave del ecosistema, como las tortugas marinas y el flamenco rosa, que también dependen del equilibrio ecológico en Ría Lagartos.
“Lo que está ocurriendo aquí no es un caso aislado, es una señal de alarma. Si no actuamos, no sólo perderemos a una especie, sino un ecosistema entero”, advirtió Sandoval Gío.
Las muestras recolectadas ya están siendo analizadas en laboratorio, mientras los focos rojos se encienden en el Oriente de Yucatán ante esta tragedia ambiental que puede ser sólo el principio de un desastre mayor, debido a que la zona alberga especies de flamenco rosa y tortugas.