Yucatán

Doctora de Yucatán advierte sobre una patología ocular rara que afecta a los niños

La oftalmóloga Alejandra Orozco explicó que la enfermedad de Coats puede llegar a ser muy peligrosa si no se detecta ni se trata a tiempo, especialmente en niños.
El principal síntoma de este padecimiento es el reflejo blanco o amarillo en la pupila
El principal síntoma de este padecimiento es el reflejo blanco o amarillo en la pupila / Daniel Silva

La enfermedad de Coats es una patología ocular poco común, que involucra malformaciones en los vasos sanguíneos de la retina, lo que lleva a la filtración de fluidos y formación de exudados amarillentos, en etapas avanzadas puede haber desprendimiento de retina.

No suele ser hereditaria, aunque se ha asociado con mutaciones somáticas (adquiridas) en el gen NDP (Norrie-pseudoglioma). Ocurre principalmente en niños pequeños, sobre todo varones entre seis y ocho años, aunque se han reportado casos desde los primeros meses hasta la adultez, explicó la oftalmóloga Alejandra Orozco.

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El principal síntoma de este padecimiento es el reflejo blanco o amarillo en la pupila, a menudo detectado en fotografías tomadas con flash. Otros signos pueden incluir disminución de la agudeza visual, estrabismo (ojos desalineados), desprendimiento de retina, glaucoma neovascular o dolor ocular en etapas avanzadas, esto de acuerdo con la especialista.

Además, señaló, la enfermedad de Coats puede llegar a ser muy peligrosa si no se detecta ni se trata a tiempo, especialmente en niños, pues su progresión puede ser silenciosa y causar daño severo en el ojo afectado, incluso pérdida total de la visión o la necesidad de retirar el globo ocular (enucleación) en casos graves.

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Alejandra Orozco explicó que el diagnóstico se realiza mediante oftalmoscopia (revisión del fondo de ojo), angiografía con fluoresceína, tomografía óptica, ecografía o resonancia magnética, especialmente útil para distinguirla del retinoblastoma, una condición que también puede causar leucocoria.

“Los niños pueden padecer varias enfermedades oculares, desde condiciones comunes hasta trastornos más raros, como Coats, que si bien afortunadamente es tratable, puede llegar a ser realmente perjudicial para aquellos niños cuyos padres no tienen recursos suficientes para los chequeos constantes”, dijo la especialista en salud visual.