El 2025 resultó un año intenso para los panteones de Mérida. La ciudad cuenta con 38 cementerios activos –cinco en la zona urbana y 33 en las comisarías– que albergan alrededor de 71 mil bóvedas.
Durante noviembre –mes consagrado a honrar a los difuntos– los cinco camposantos del centro reportaron una afluencia de más de 30 mil visitantes, un notable salto respecto a los casi 18 mil registrados en noviembre del año pasado.
Este repunte marca un crecimiento significativo en las tradiciones de homenaje familiar, sostuvo Guadalupe Uxul Bacab, responsable del Departamento de Panteones en el municipio.
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Respeto por las memorias
Aunque los cementerios urbanos concentraron el mayor flujo, los ubicados en las comisarías también mostraron datos alentadores, lo que evidencia un retorno generalizado al recuerdo y al respeto por la memoria.
Según Uxul Bacab, la comunidad ha demostrado mayor responsabilidad: limpian tumbas, cuidan los espacios comunes y reportan anomalías cuando las detectan, acciones que han contribuido a un mantenimiento más digno de estos lugares.
El impulso también estuvo ligado al más reciente Festival de las Ánimas, una celebración que en 2025 reunió a más de 90 mil personas durante su tradicional paseo nocturno por la ciudad.
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Muchas de esas familias aprovecharon la ocasión para visitar los panteones, especialmente los más emblemáticos: Cementerio General y Cementerio Xoclán, los cuales registraron los niveles más altos de concurrencia.
Para atender esa demanda, las autoridades municipales intensificaron desde meses atrás labores de mantenimiento, limpieza, iluminación, poda y restauración de bóvedas antiguas.
Cada tres meses se recuperan entre 100 y 120 tumbas que ya estaban en abandono, lo que ayuda a aliviar la saturación en los cementerios tradicionales como Xoclán y General.
Este renovado interés por los espacios funerarios refleja una memoria colectiva viva en Mérida, una ciudad que honra a sus muertos con respeto, responsabilidad y sentido de comunidad.
Las cifras no sólo muestran un repunte en visitas, sino también un renovado compromiso ciudadano por conservar estos lugares sagrados con dignidad, más allá de las fechas conmemorativas.
