Falleció el señor Arturo Robles Falcón, habitaba en el predio número 717 de la calle 51-B entre 14 y 16 del fraccionamiento Del Parque, ayer domingo por la mañana la puerta de la entrada del inmueble fue abierta por los bomberos para que el personal del Servicio Médico Forense se encargara del levantado el cadáver, que se encontraba en avanzado estado de descomposición.
El difunto, de la tercera edad, se desempeñaba como empacador, “cerillo”, en una tienda de autoservicio, el jueves pasado fue la última vez que los vecinos lo vieron con vida.
La señora Lidia Lira, amiga desde hace tiempo del señor Arturo, el sábado pasado acudió al domicilio del extinto y después de tocar la puerta en repetidas ocasiones y no obtener respuesta, preocupada, marcó el teléfono de emergencia 911 y dio aviso a las autoridades.
Cabe señalar que cuando el señor Arturo se iba a trabajar dejaba encendido un radio con la intención de engañar a los ladrones, haciéndoles creer que había alguien en el domicilio, y desde el jueves pasado la radio estaba funcionando.
En respuesta a la llamada de la señora Lira, un agente de la Secretaría de Seguridad Pública acudió al domicilio, pero como la puerta estaba cerrada con doble cerradura no fue posible que entraran para confirmar la sospecha de que el señor Robles Falcón había fallecido.
El predio fue acordonado con una cinta amarilla y permaneció custodiado por el oficial Higinio Chulim Poot, responsable de la patrulla 6229 de la SSP; ayer domingo por la mañana acudió al domicilio un representante del Ministerio Público, así como agentes de la Comandancia de Homicidios de la Policía Estatal de Investigación y el personal del Servicio Médico Forense, quienes solicitaron la presencia de los bomberos para que abrieran la puerta de madera de la entrada, acudiendo al sitio el vehículo de emergencia 5976, a cargo del Comandante Santiago Massa Ramos, director de Bomberos, y la camioneta de rescate 864 de la citada dirección.
Los bomberos, entre quienes se encontraba Gabriel Chi Moo, utilizaron un hacha y una herramienta llamada “Halligan”, similar a una “pata da cabra” de tamaño considerable, con las que rompieron las cerraduras de la puerta de la entrada para que los peritos de Criminalística y Servicios Periciales pudieran tener acceso al inmueble.
Una vez que los peritos recabaron indicios y constataron que todo estaba en orden, que no había huellas de violencia y que el cadáver, que se encontraba acostado en una cama, no tenía lesiones visibles ni huellas de violencia, el personal del Servicio Médico Forense se encargó del levantamiento del cuerpo y su traslado a la morgue para la necropsia de ley, aparentemente la causa de la muerte fue un infarto al miocardio.
La señora Lidia Lira, consternada por el fallecimiento del señor Arturo Robles Falcón, se comunicó con los hermanos del fallecido para informales de la muerte de su consanguíneo, quienes viajarían de los Estados Unidos y de la Ciudad de México para la identificación y recuperación del cadáver para darle sepultura.
(Fernando Poó Hurtado)