Autoridades municipales y estatales intentarán controlar la inseguridad que se vive en la Isla mediante la compra de motopatrullas, esto ante la falta de unidades para salvaguardar la integridad de los carmelitas. Esta es la opción más fácil para nuestras autoridades.
En menos de una semana se han registrado una serie de hechos violentos en la comunidad; una mujer fue hallada sin vida luego de ser estrangulada por su pareja sentimental en la colonia Arroyo de los Franceses, sin que hasta el momento se haya detenido al presunto autor intelectual de este feminicidio.
Un día después, un hombre fue baleado afuera de un comercio dedicado a la reparación de autoclimas, en la colonia Morelos, el herido perdió la vida al ser ingresado a la sala de urgencias del Hospital General por la gravedad de las lesiones.
Un taxista originario de la comunidad Aguacatal, Carmen, fue hallado sin vida sobre la carretera Escárcega-Villahermosa luego de estar desaparecido más de 72 horas; la necropsia arrojó que sufrió traumatismo craneoencefálico debido a un fuerte golpe en la cabeza.
La tarde del sábado, un joven de 29 años que regresaba de su trabajo fue interceptado por un par de sicarios, quienes detonaron en cuatro ocasiones un arma de fuego a quemarropa y lo hirieron de gravedad; se debate entre la vida y la muerte en el hospital.
Ante esto y la falta de unidades policiacas para la seguridad de todas las carmelitas, autoridades municipales y estatales han implementado comprar las conocidas motopatrullas para -según ellos-, garantizar la seguridad de todos los que habitamos en “la Perla del Golfo”.
Sin embargo, estas unidades tienen una desventaja, pues al estar en temporadas de lluvias las motocicletas no podrán laborar, ya que los efectivos policiacos no pueden conducir la unidad de dos ruedas cuando el pavimento se encuentra mojado, por el riesgo de sufrir algún accidente.
Por lo que continuará la ciudad desprotegida, esto así será hasta que alguien haga algo al respecto para en verdad salvaguardar la integridad física de todos los campechanos.
(Texto y fotos: Ricardo Jiménez)