Campeche

Sí se consume maíz transgénico

CAMPECHE, Cam., 21 de octubre.- “Las empresas que producen harina de maíz como Maseca sí están comercializando maíz transgénico para el consumo humano”, aseguró el líder de Microempresarios de la Masa y la Tortilla, Mauro Chan Canto, quien además declaró que esto es un tema que lleva años sin ser realmente atendido.

Esto en relación a la actual polémica por la cual atraviesa la empresa Maseca, que tras un estudio realizado por los laboratorios del Health Research Institute, en Iowa, Estados Unidos y a petición de la Asociación de Consumidores Orgánicos México (ECO), se comprobó que en los productos de la harinera hay presencia de material transgénico y glifosato, herbicida considerado cancerígeno por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

“Es una gran mentira que México sigue siendo un país maicero al 100 por ciento. En México nada más se produce un 60% del maíz que se consume en el país y el otro 40 por ciento lo compran las grandes empresas a Estados Unidos.

“El problema es que el país vecino no es un país maicero. El producto que ahí se produce está dirigido para alimentar a los animales, no para el consumo humano y desde hace tiempo se presume que las harineras mexicanas compran maíz transgénico para la elaboración de sus productos.

“En el país existe una polémica por el uso del llamado maíz ‘forrajero’. Una realidad es que ese maíz por hectárea produce muchas toneladas, sin embargo no se puede sacar las semillas como comúnmente hace quien cosecha el maíz. Este tipo de producto está modificado de tal forma que solo se usa en una sola siembra, para una sola cosecha”, explicó.

Hay que considerar que en la República Mexicana está prohibido, desde el 2016, el otorgamiento de permisos de liberación o siembra de maíz genéticamente modificado y la institución encargada de que se cumpla esta norma es la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA).

“Creo que si se demuestra el uso de maíz transgénico, lo que se debe hacer es sancionar a dicha empresa, ya que se desconoce el impacto que el consumo de las semillas transgénicas puede tener en el ser humano”, sentenció.

Finalmente no queda duda de que el proceso de industrialización de la tortilla ha traído situaciones que se deben reflexionar. Solamente en el 2017, tras un estudio de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad, arrojó que el 90.4% de las tortillas que se consumen en México contienen maíz transgénico y que 3 de cada 10 tienen cierta cantidad de glifosato. “hay que recordar que elaborar la tortilla con la harina disminuye tiempos y costos, hacerlo de manera tradicional implica mayor tiempo e insumos”, concluyó Chan Canto.