La mala mano del alcalde Oscar Rosas González para sembrar vida quedó en evidencia en el área de Playa Norte, donde el pasado 13 de octubre el político priísta pretendió lavarse la cara de las sospechas de fraude que aún estaban fuertes contra su nuevo Gobierno, realizando una jornada de reforestación de uva de mar y palma de coco, de las cuales hoy en día apenas sobreviven unas pocas plantas; la mayoría de ellas murieron por la inconsciencia ciudadana al aplastarlas con sus vehículos, pero también por el desinterés de las autoridades que sólo usaron el evento como ocurrencia mediática sin preocuparse por el cuidado de los árboles sembrados.
Se trató de cerca de 500 árboles entre cocoteros y uva de mar que fueron plantados en una franja de medio kilómetro de playa, proyecto que originalmente era de la Asociación Ecológica “Laguna de Términos Delfines”, la cual se prestó al aplauso fácil para el recién impuesto Edil, al ser ese uno de sus primeros eventos públicos de su trienio que inició con acusaciones de espurio.
Integrantes de la organización afirmaron aquel día que el objetivo era, además de preservar la uva de mar como una especie endémica de la Isla, proteger ese lugar que es una zona de anidación de tortugas, pero tal parece que desde un principio no se previó la poca durabilidad de los árboles, al plantarlos justo frente a las palapas donde sin la vigilancia adecuada y el compromiso real por el ambiente, los bañistas poco a poco fueron acabando con estos.
A su vez, ese día Rosas González convocó a todos los medios al servicio del erario para presumirse a sí mismo como un ecologista, aunque semanas después dejó morir a esos 500 árboles, y ensalzar su compromiso por embellecer la imagen de la Isla, que hasta el día de hoy ha demostrado ser ocurrencias con su programa “Siempre Bonita”, pues se ha enfocado en beneficiar a particulares mejorando una avenida dañada por un centro comercial y otra que pasa justo frente una escuela de su propiedad, mientras el Centro Histórico y las colonias muestran su peor rostro en años.
Cabe destacar que el daño a los árboles ya estaba desde antes de la llegada del Frente Frío número 10, y el fenómeno sólo terminó por arrancar las plantas que aún quedaban en pie; también que esta reforestación formó parte de una inversión cercana a los 249 mil pesos como parte de los programas de empleo temporal de la Sedesol adjudicados a asociaciones civiles, proyectos que no son evaluados en sus resultados pero sí cobrados y usados políticamente para ciertos intereses.
(Texto y fotos: Carlos Valdemar)