Campeche

El regreso de Kukulcán y otra perspectiva de la danza

El Martes de Tradiciones del Instituto Campechano (IC) lució su lado más tradicional con el baile del Gran Ballet Folklórico de Campeche y su rostro más contemporáneo con la demostración dancística de “Dzul Dance México”.

El evento inició a las 19:00 horas en la entrada del ex templo de San José, el cual se veía atiborrado de campechanos interesados en recordar parte de sus tradiciones y de turistas que querían conocer algo de esta tierra que ha cimentado su cultura dentro de las murallas.

Los músicos del Gran Ballet Folklórico de Campeche ya esperaban a los bailarines en la entrada del edificio, los jóvenes hicieron presencia con el llamado de que interpretarían “Sarao” y “Festival del Palmar”; fue ahí cuando la memoria y el reconocimiento se conjuntaron para ver a los cuerpos zapateando acompasadamente arriba de la tarima.

La mezcla de ritmos cercanos al danzón, el azotar de los zapatos de tacón y los collares de las campechanas con su atuendo típico de la región permitieron a los espectadores rememorar aquellos viejos momentos en que descubrieron el folklor de su ciudad o el descubrimiento de una forma de baile que se halla entre los giros del cuerpo y el contoneo de los hombros.

Después de un expedito canto hacia la mujer campechana, la compañía “Dzul Dance México” hizo presencia en el escenario, pero antes tomó la palabra la directora de la institución, Stephany Dzul, quien remarcó que lo que verían los espectadores es un poco de lo que habrá en el “Dzul Festival Internacional de Danza”.

Cuatro mujeres en escena ataviadas de verde, parecido al tono del mangle y el jade, rodeaban a un hombre, que después de varios movimientos salió de escena.

Entre contoneos tribales y pasos con cierta sincronía al ritmo suave que sonaba en las bocinas, sucedió el acto, del cual podría interpretarse lo que sucedió ahí. Tal vez los cuatro puntos cardinales, que representaban un papel importante para la cultura maya y una intención de guerrero jaguar que apareció momentos después del hombre que se fue.

Al regreso del primer sujeto, para este simple escritor, fue una representación del regreso de Kukulcán, pero esta teoría simplemente se basa en el color de la piel del sujeto que bailaba y en lo mal leído de aquella escena, pero el ritmo, los movimientos lentos de cada uno de los músculos, las posiciones que rompen la cotidianeidad de lo visto anteriormente, permitió que los campechanos tuvieran una visión distinta de lo que es la danza fuera del folklor y el ballet, ya constantemente instaurado en la norma.

(David Burelo)