Siempre detrás de Carlos Antonio Romero Deschamps siguiendo el camino de corrupción, el nuevo dirigente del STPRM y ex tesorero de la organización, Manuel Limón Hernández, cuenta con un largo historial de tropelías entre las que destacan investigaciones de la extinta PGR que quedaron impunes, por su papel protagónico dentro del escándalo de desvío hacia el PRI, su partido, a través del llamado “Pemexgate”.
Por ese caso que sustrajo millones del sindicato hacia la candidatura presidencial perdedora de Francisco Labastida, el flamante dirigente también fue investigado por la entonces (2002) Unidad Especializada contra la Delincuencia Organizada (UEDO) y la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade), que libraron órdenes de localización y presentación contra Manuel Limón Hernández, de la que se zafó gracias a un amparo de la justicia “pronta y expedida”.
Además de ello, y a semejanza de Deschamps, el también diputado federal por el PRI ostenta una riqueza millonaria que no sería explicable si no fuera por el manejo del dinero sindical como tesorero, ya que oficialmente sólo percibe un salario neto estimado de 37 mil pesos mensuales dentro de Pemex-Refinación, pero con el llamativo puesto de “Encargado a otros”, sueldo que no explica la fortuna a ha amasado a costa de los sindicalizados.
Con sólo estudios de preparatoria como trayectoria académica, Limón Hernández encabeza desde el pasado miércoles de forma interina el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM). Comenzó su trayectoria en el gremio de Petróleos Mexicanos en la Sección 10, ubicada en Minatitlán, Veracruz; la cual llegó a dirigir de 1995 a 1996 como secretario general de dicha sección y desde esas fechas formó parte del compacto grupo de líderes charros de Romero Deschamps.
Operador del “Pemexgate”
En el 2000, con la llegada de Vicente Fox Quesada a la Presidencia, Manuel Limón Hernández se desempeñaba como presidente del Consejo General de Vigilancia del Sindicato General, se amparó contra una orden de aprehensión por su presunta participación en el Pemexgate, que consistió en el desvió de 1 mil 500 millones de pesos del STPRM. Pese a que se amparó, la disidencia petrolera lo acusa hasta hoy como responsable de actos de corrupción con los recursos de la base trabajadora.
El 16 de octubre pasado, Carlos Antonio Romero Deschamps presentó su renuncia como Secretario General del STPRM, y en virtud del cargo ocupado, Manuel Limón lo sustituyó en el cargo a partir del mismo día. Sin embargo, no ha sido ratificado por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), la Secretaría de Energía, así como la Dirección de Pemex, instancias que hasta el momento no lo han reconocido públicamente.
La dirigencia provisional de Manuel Limón es acusada de violentar artículos de los Estatutos Generales del Sindicato, mismos que aplicarían a cualquier candidato que quisiera postularse como Secretario General.
Las violaciones e irregularidades de Manuel Limón hacen que su interinato no puede ser más allá de 90 días, en función de que la nueva Ley del Trabajo que se promulgó el pasado 1 de mayo, obliga mediante la aplicación de su Artículo 371 a que la representación sindical, cualquiera que sea su nivel de representatividad sean electos mediante el voto, libre, secreto, directo y universal, y no mediante un arreglo e imposición del corrupto comité ejecutivo general.
(Texto y foto: Redacción /
POR ESTO!)