CHAMPOTON, Cam., 13 de febrero.- Ante el derrumbe de la construcción que serviría para un baño, donde fue utilizado el cemento Muralla, la familia del señor Alonso Cajún dio a conocer que, pese a que los albañiles lo terciaron con grava y polvo de piedra, de acuerdo a como se acostumbra revolver para el colado de las cadenas, al día siguiente que los albañiles le quitaron las tablas y le colocaron las vigas, en el momento de poner las bovedillas, se vino abajo, lesionando al albañil Ricardo Pech.
El maestro de la pala y la cuchara, Ricardo Pech, señaló que ellos utilizaron un saco de cemento por cuatro latas de grava y otras cuatro de polvo de piedra, que es lo que se acostumbra a ponerles para una construcción eficaz y sólida; pero no sucedió con este cemento Muralla por no tener el suficiente quimo de endurecimiento, de no ser por el peón que laboraba con él habría acabado aplastado, lo que le dio tiempo a tirarse, ya que estaba arriba colocando las bovedillas.
La construcción se realizaba en el domicilio de la familia Alonso Cajún, en la calle Isabel La Católica S/N de la colonia Cañaveral, donde el albañil Ricardo Pech se dijo sorprendido por la mala calidad de este cemento; pero a la vez alerta a las familias que han adquirido este tipo de cemento a no confiarse; ya que, aunque el empaquetado dice que cumple con la Nom-002 SCFI Vigente, no es así, porque este material de construcción no endurece, o sea, no sirve para colar castillos ni las cadenas, y su precio como lo vienen ofreciendo es de 140 pesos el bulto.
Hasta el día de hoy las denuncias han sido constantes y es increíble que las instancias correspondientes, como la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), no las tomen en cuenta, ya que este cemento no tiene la calidad de los que se venden en otros Estados de la República.
El albañil señaló que nunca había usado este tipo de material y que por poco se quiebra la mano.
El cemento Muralla es de la empresa cementera Montserrat Sand, S. A. de C. V., que está ubicado en el kilómetro 174 de la carretera Seybaplaya-Campeche, que colinda con la Administración Portuaria Integral (API), quien ha recibido quejas por ser uno de los materiales de construcción que se está ofreciendo al público a precio bajo y las personas que lo han utilizado han comprobado que no sirve para realizar los castillos y cadenas, mucho menos para colar los techos de las viviendas, porque se desplomaría o se “llovería”.
(Erasmo Cruz Díaz)