CAMPECHE, Cam., 3 de febrero.- Las cifras en el consumo de alcohol en Campeche continúan siendo preocupantes, pero a eso hay que sumarle también que el número de mujeres que consumen etílicos se ha elevado exponencialmente, así como la edad de los nuevos consumidores, reveló la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (Encodat).
Entrevistado al respecto, el director general del Sistema de Atención a Niños, Niñas y Adolescentes Farmacodependientes del Estado de Campeche (Sannafam) “Vida Nueva”, Gilberto César García Salazar, detalló que el análisis de la Encodat plantea que en Campeche mil 500 de cada 100 mil personas son alcohólicas.
Añadió que también es importante que se haya incrementado el porcentaje de mujeres adolescentes que consumen alcohol en forma habitual, aunque se ha notado que éstas son más propensas a dejar la bebida en forma paulatina, después de los 20 años, mientras que el hombre continúa hasta que el problema se vuelve crónico.
De acuerdo con la encuesta realizada en el 2015 y publicada en el 2017, se establece que en la entidad el 80 por ciento de los usuarios esporádicos de alcohol tienen entre los 12 y los 65 años de edad; mientras en el censo anterior la cifra era que un 1 por ciento es adicto a alguna de estas sustancias, en el periodo registrado, el porcentaje se incrementó en un 2 por ciento.
García Salazar justificó que “todo lo anterior va indicando que la actual metodología de prevención de adicciones no está funcionando como se quisiera, a pesar que no estamos en los primeros lugares de adicción al alcohol”.
En coordinación con la Comisión para la Protección de Riesgos Sanitarios se supervisan bares y cantinas para evitar la venta a menores de edad, añadió.
Entre los datos que ameritan un mayor análisis, manifestó que se encuentra el alto consumo de los menores de edad, sobre todo que se especifica que a partir de los 12 años ya están ingiriendo bebidas etílicas, por lo menos unas cinco copas a la semana, y la cantidad aumenta conforme van creciendo, sobre todo a partir de los 20 años.
Lamentó que con el paso de los años, el organismo se va deteriorando hasta que ya presenta afectaciones con las repercusiones de las enfermedades que propicia el alcoholismo.
Otro de los datos que aportó la encuesta es que se duplicó el consumo entre las mujeres. Un porcentaje de ellas ya está bebiendo alcohol, aunque en este caso, se reporta que las bebidas etílicas es el primer paso para ingerir otras sustancias; sería el inicio para el consumo de cemento, marihuana y cocaína.
Y dio a conocer que “específicamente con las niñas hemos estado tratando de 20 a 30 jovencitas al año, específicamente ahora tenemos dos jovencitas entre 8 y 12 años. Nos damos cuenta que recurren a esto porque vienen de familias problemáticas y han sido abusadas físicamente, psicológicamente y hasta sexualmente”.
Los datos –resaltó- deben servir para instrumentar acciones que permitan enfocarse a estos problemas, por lo que se pretende trabajar en el Programa de Salud Mental en la asociación con alcohol, ya que en el 50 por ciento de los suicidios registrados hay consumo de alcohol.
Planteó que “quisiéramos trabajar en el Programa de Salud Mental en conjunto para disminuir las incidencias y hacer un análisis descriptivo; disminuir el alcoholismo y concomitantemente los índices de suicidio y depresión”.
También consideró necesario hacer encuestas para conocer la realidad en la entidad, ya que la Encuesta Nacional es un reflejo cercano a los porcentajes de adicciones a nivel país y cercano a los estados, por lo que sería conveniente que con instituciones de educación superior se pudiera diseñar un esquema para aplicar una metodología similar a la que se realiza en la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco.
El consumo en Campeche
García Salazar puntualizó que en los últimos 10 años, en Campeche se han identificado casos de menores de edad entre los 8 y 12 años que consumen alcohol, tabaco y drogas. Asimismo, agregó que la media de consumo antes era de 14 a 17 años y que este cambio ha generado que el 80 por ciento de los jóvenes estén en la categoría de uso múltiple de sustancias.
El funcionario aseguró que la Secretaría de Salud y la Sannafam trabaja con grupos poblacionales de consumo, los cuales se han identificado principalmente en secundarias, escuelas del nivel medio superior y superior. En estos espacios se ofrecen pláticas de prevención de las adicciones, así como talleres de hábitos positivos de vida, señaló.
Los que más consumen
Los estudios realizados por Encodat durante los años 2016 y 2017 revelaron que Michoacán, Nuevo León, Aguascalientes, Jalisco y Coahuila son los estados donde se consume más cerveza y whisky.
De acuerdo con el informe, en México, en promedio una persona ingiere 4.5 litros de alcohol puro cada año; es decir, unas 280 latas de cerveza o unos 115 litros de whisky.
“La amplia aceptación social del consumo de alcohol facilita el consumo en nuestra población, incluso el inicio del mismo muchas veces se da y promueve dentro del núcleo familiar”, explica en sus conclusiones la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco 2016-2017.
Por el contrario, en entidades como Tlaxcala, Puebla, el Estado de México y Chiapas, el consumo anual se mantiene por debajo de los 3 mil litros, siendo esta última donde se tiene la ingesta de alcohol per cápita más baja, unas 127 latas de cerveza.
La bebida más consumida es la cerveza por casi el doble del resto de las bebidas mencionadas en el estudio, además que hay un incremento en el consumo de bebidas enlatadas con contenido alcohólico con altos niveles de azúcar entre la población joven.
Factores de riesgo
La Sannafam explicó que existen una serie de factores de riesgo que influyen para que una persona desarrolle una adicción al alcohol. Los más importantes son:
La herencia
Los estudios indican que las personas que han vivido con un familiar alcohólico tienen más probabilidades de desarrollar la adicción. Aunque hasta ahora este dato se apoyaba en las teorías de aprendizaje/educación, los últimos estudios parecen apuntar más a la hipótesis genética, que sostiene que la presencia de ciertos genes aumentaría la predisposición de un individuo a desarrollar conductas adictivas como el alcoholismo.
Los factores psicológicos
Las emociones negativas como la ansiedad, la tristeza, la soledad, la baja autoestima o la ira, muchas veces, se encuentran en el origen y mantenimiento de esta enfermedad, ya que el paciente utiliza el alcohol para huir de ellas. El consumo de alcohol proporciona al paciente una sensación placentera que debería conseguir realizando actividades de su agrado, como leer un libro o ver una película, disfrutar de la compañía de familiares y amigos, practicar su afición favorita.
En el otro extremo, están aquellas personas que emplean el alcohol con frecuencia para acompañar las emociones positivas (como celebraciones, reuniones con amigos, salir de fiesta, etcétera). La tolerancia social ante el consumo excesivo de alcohol en estas situaciones refuerza estos comportamientos inadecuados y, a la larga, el “bebedor ocasional” corre un riesgo importante de convertirse en un alcohólico.
Las relaciones sociales y el alcohol
Las malas relaciones con la pareja o la familia, los problemas económicos, la presión de los amigos para que beba, etcétera, pueden actuar también como precipitantes de la dependencia alcohólica. En este sentido, algunas personas también comienzan su patrón de consumo para superar los problemas que tienen al relacionarse con los demás, como la timidez o la falta de habilidades sociales; por ejemplo, beben para desinhibirse o para sentirse más simpáticos a la hora de conocer a una persona o integrarse en un nuevo grupo, así como para enfrentarse a alguien a quien no saben cómo expresar algo que les molesta.
(POR ESTO! / Campeche)