Síguenos

Campeche

'Continúa la mafia en el AFA”

Continúan las anomalías en el mercado “Alonso Felipe de Andrade”, ya que no cuenta con trabajadores para el mantenimiento y seguridad. Hay mucha inconformidad debido a los robos y venta de locales.

“Hablé con el director de Servicios Básicos y con la administradora, les señalé las anomalías que hay, simplemente se hacen los ciegos, sordos y mudos, como las autoridades pasadas”, señaló Deysi María Briceño, presidenta de Locatarios y Comerciantes Unidos de Ciudad del Carmen.

Destacó que continúa la corrupción, los malos manejos, quitándoles los locales a las personas más vulnerables para darle prioridad a los allegados priístas que laboran en el mercado.

Mencionó que hay “líderes” que no están constituidos legalmente, tales como Jorge Simón y Liberata Acosta, que se están robando una agrupación que no les pertenece, afirmando ser muy allegados del Alcalde.

“Ellos afirman que Oscar Rosas los está apoyando a la corrupción que existe en el mercado, por lo que le hago un llamado al Alcalde, que están muy equivocados, ya que no puede cambiar lo que legalmente está establecido”, sentenció.

Afirmó que hay agrupaciones constituidas legalmente ante un notario público y nadie está por encima de la ley, y que el Presidente Municipal no se ordena solo, ya que hay un Cabildo que decide, para que no existan las anomalías.

“Aquí nos tiene que respetar Oscar Rosas la legalidad, porque las leyes se hicieron para ejercerlas, no para hacer sus caprichitos que ellos están haciendo, hay un señor de la tercera edad que no ha podido abrir su local, por caprichos y por estar inventando cosas que no son le están quitando su derecho”.

Apuntó que los locales asegurados son de personas que no están bien de salud o son de la tercera edad que no ha podido abrir y por argumentos falsos de otros locatarios les será retirada la concesión, para favorecer a allegados priístas.

(Texto: Redacción / POR ESTO! / Fotos: Antonio Maldonado)

Siguiente noticia

Comuna Rosa frena lucha contra el pandillerismo y la drogadicción