HOPELCHEN, Cam., 11 de abril.- A puerta cerrada a consecuencia de la contingencia por COVID-19, se llevó a cabo una ceremonia ante una minoría de fieles católicos que participaron en el encendido del Cirio Pascual, con el que la Iglesia Católica celebra la resurrección de Jesucristo y presidido por el presbítero Heliodoro Gijón Estrada, de la Parroquia de San Antonio de Padua.
En su mensaje, el presbítero recordó que la bendición del Fuego Nuevo representa el paso de la muerte a la vida, de la oscuridad a la luz y del pecado a la gracia, mensaje que tuvo el objetivo de engrandecer la fe de los católicos de Hopelchén; también recordó que debido a la pandemia hay que rezar por nuestro hermanos muertos.
Explicó, además, que el hijo de Dios resurgió de las tinieblas para iluminar al mundo, es un día de alegría, de gozo, es el triunfo de la vida sobre la muerte, y exaltó que todos los que creen en el Todopoderoso estarán a salvo aun venga la mayor de las enfermedades, como lo que se está padeciendo en muchas naciones, pero “tenemos a nuestro salvador en el Cristo Resucitado y se encienden todas las luces, de toda la parroquia, para proclamar gloria en el justo momento”.
Fue a las seis de la tarde cuando dio inicio la ceremonia del encendido del Fuego Nuevo, la puerta de la fe, en una Vigilia Pascual. Previo a ello, se debe realizar una procesión, pero éste se realizó simbólicamente desde sus hogares.
Para culminar, el presbítero Heliodoro Gijón Estrada pidió tener mucho cuidado previo a la Semana Santa que está por concluir, “tenemos que cuidarnos y se les pide a todos que se queden en casita; Dios sabe lo que está ocurriendo, es pasajero y para el siguiente esteremos juntos de nueva cuenta”, atribuyó después de la ceremonia a puertas cerradas y con escasa asistencia.
(Jorge Amado Caamal Ek)