La Rectoría Gran Poder de Dios, ubicada en el tradicional barrio de La Ermita, lució completamente abarrotada este domingo durante la misa de bendición de las Coronas de Adviento, presidida por el párroco Sergio Vivas Hernández. Desde antes de iniciar la celebración, decenas de familias comenzaron a ocupar las bancas del santuario, que terminó por llenarse en su totalidad, dando paso a una emotiva jornada de fe que marcó el inicio del año litúrgico.
Niños, jóvenes, adultos y personas mayores acudieron con sus coronas adornadas con follaje, velas moradas, rosas y blancas, así como esferas y pequeños símbolos navideños. En las bancas, podía observarse a familias completas sosteniendo sus arreglos, mientras los más pequeños miraban expectantes la ceremonia.
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Durante su homilía, el padre Sergio Vivas destacó que el Adviento es un llamado profundo a la transformación personal. Señaló que la humanidad se pierde cuando se abandonan las buenas obras, y exhortó a vivir este tiempo con esperanza verdadera en Jesús.
Tras finalizar la misa, los asistentes salieron del templo, donde el párroco realizó la bendición de las coronas una por una. Entre sonrisas, fotografías y murmullo de las familias, niños y adultos esperaron pacientemente para recibir el agua bendita sobre sus arreglos, símbolo del inicio de un periodo de preparación espiritual.
Con el templo repleto y un ambiente de profunda devoción, la comunidad católica dio paso al Adviento, reafirmando su fe y la importancia de vivir este tiempo litúrgico con esperanza, humanidad y confianza en Dios.
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JY
