La capital campechana se pintó ayer de rojo, azul, verde y amarillo con decenas de payasos que tomaron las calles para celebrar el Día Nacional del Payaso, encabezando una caravana que se convirtió en un circo ambulante de risas, música y narices rojas, y que trajo alegría a decenas de niñas y niños campechanos que salieron a ver, saludar y abrazar a su favorito.
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Desde los más veteranos, con trajes brillantes, zapatones gigantes y maquillaje impecable, resultado de sus años de trayectoria, hasta los más jóvenes que debutan en el “mundo de las risas”, se los vio portando coloridos trajes, maquillaje moderno y una actitud juvenil.
Carritos llenos de globoflexia, con bocinas que ponían “La marcha de los payasos”, recorrieron desde el Parque IV Centenario (San Martín) con dirección al Parque Campeche, llenando de colores los ojos de los pequeños que corrían a los costados buscando un globo, un dulce o un truco de magia. Los adultos, contagiados por la fiesta, sacaban sus teléfonos para capturar fotos del desfile que parecía sacado de una película.
Personajes como Pirulín, Dumpy Superstar, Arturín, Astillita, Clavito y Clavita Puntachueca, Panquesito de la Costa, Davy Davy, Cascarón, Risita de Erchis, Pirrín, Los Chirilovel, Rodo Show, Bambito Flow, Garnachito, Uyuki Sam, entre otros, fueron muy aplaudidos por sus improvisaciones, que en cada cuadra provocaban carcajadas colectivas.
Cada uno aportaba su estilo: unos hacían malabares, otros chistes, algunos regalaban dulces y otros simplemente caminaban levantando la mano para recibir el cariño de la gente. Y vaya que lo recibieron, pues chicos y grandes salieron de sus casas, y hasta los automovilistas bajaron la velocidad para disfrutar el espectáculo que convertía la avenida en una fiesta sin edad.
La caravana culminó en el Parque Campeche, en donde los payasos convivieron más de cerca con los niños, haciendo shows de magia, acrobacias y concursos de globos, atrayendo a familias completas que celebraron con ellos este día dedicado a quienes hacen del humor un oficio y de la risa, un regalo.
Entre pinturas, trajes coloridos, narices rojas y zapatos inmensos, las y los campechanos recordaron que el Día Nacional del Payaso no solo celebra a estos personajes coloridos, sino a todos los que mantienen viva la magia de sonreír.