En la colonia Emiliano Zapata, el dolor se respira en cada rincón del domicilio de los padres del pequeño Federico Efraín Ramírez Cruz, de apenas dos años, quien perdió la vida el pasado lunes por la tarde en un accidente aéreo. El menor era trasladado en una aeronave de la Armada de México hacia Galveston, Texas, donde recibiría atención en una clínica especializada para infantes quemados. Sin embargo, una presunta falla mecánica provocó que la aeronave cayera en las aguas de la bahía, dejando un saldo de cinco personas fallecidas y dos lesionadas, entre ellas su madre, Julia Aracely Cruz Vera.
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Al acudir al domicilio familiar, una mujer con el rostro cansado y marcado por la tristeza accedió a compartir unas palabras. Con voz quebrada, explicó que hasta el momento no tienen certeza sobre el dinero recaudado por vendedores ambulantes, payasos y ciudadanos solidarios, quienes se unieron para apoyar a la familia tras la tragedia.
El padre del menor, Edwar Cruz Ramírez Franco, se encuentra aún en la Ciudad de México, en espera de viajar a Texas para conocer el estado de salud de su esposa y los trámites relacionados con el cuerpo de su hijo. La familia aguarda noticias, con la esperanza de que pronto puedan velar al pequeño Federico y darle cristiana sepultura en su hogar.
Respecto a la madre del menor, la familia desconoce su estado de salud y solo espera que pueda ser trasladada a México o permanecer en Estados Unidos para recibir el tratamiento médico necesario.
La mujer entrevistada concluyó con un mensaje cargado de dolor:
“Pasamos por malos momentos y nadie sabe el sufrimiento que llevamos dentro por la pérdida de mi nieto y la salud de mi hija”.
La tragedia ha dejado a esta familia en un silencio desgarrador, entre la incertidumbre y la esperanza, esperando que la solidaridad de la comunidad y la fuerza del amor les ayuden a sobrellevar la pérdida.
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JY