La comunidad de Escárcega, Campeche, se encuentra de luto tras la muerte del pequeño Federico Efraín R.C., de dos años de edad, quien perdió la vida en el accidente del avión de la Secretaría de Marina ocurrido en la bahía de Galveston, Texas. El menor era trasladado hacia el Shriners Hospitals for Children, donde recibiría atención especializada gracias al apoyo de la Fundación Michou y Mau, dedicada a niños con quemaduras graves.
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Federico, niño originario de Campeche, entre las víctimas de la aeronave de la Semar en Texas
El origen de esta tragedia se remonta a un accidente doméstico. El niño cayó accidentalmente en una olla con agua hirviendo que se encontraba en el piso de su hogar, lo que le provocó quemaduras en el 40 por ciento de su cuerpo. Fue llevado de inmediato al Hospital General de Escárcega Dr. Janell Romero Aguilar, donde los médicos informaron que no contaban con los recursos necesarios para atender la gravedad de las lesiones. Ante ello, sus padres lo trasladaron por sus propios medios hasta Mérida, al Hospital General Dr. Agustín O’Horán, donde se coordinó con la fundación su traslado a Estados Unidos.
El viaje, que representaba una esperanza de vida, terminó en tragedia. El avión de la Secretaría de Marina que transportaba al menor y a personal médico se desplomó en la bahía de Galveston el pasado lunes 22 de diciembre de 2025. En el accidente murieron cinco tripulantes, incluido el pequeño Federico, lo que generó consternación en Campeche, Yucatán y en la comunidad médica que había seguido de cerca su caso.
La delegada de la fundación en Yucatán, Anne Vilchis, lamentó profundamente lo ocurrido y recordó que el menor estaba siendo trasladado para recibir atención inmediata en un hospital especializado en quemaduras infantiles. La noticia ha despertado mensajes de solidaridad hacia la familia y ha puesto de relieve la necesidad de fortalecer la infraestructura hospitalaria en regiones del sureste mexicano, donde los recursos para atender emergencias de alta complejidad son limitados.
La historia de Federico se convierte en un doloroso recordatorio de las carencias médicas en comunidades como Escárcega y en un llamado a la prevención de accidentes domésticos, así como a la solidaridad social para apoyar a las familias que enfrentan emergencias de este tipo