A una semana de la celebración de la Virgen de Guadalupe, el próximo 12 de diciembre, una fiesta nacional de profunda fe y cultura que conmemora sus apariciones a Juan Diego en el Cerro del Tepeyac en 1531, instituciones educativas, empresas, así como asociaciones civiles y religiosas ya comenzaron a realizar peregrinaciones masivas hacia el Santuario de la Virgen Morena, ubicado en el tradicional barrio de Guadalupe.
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Con profunda devoción, cientos de niños, adolescentes, jóvenes y adultos mayores recorren las calles de la ciudad para honrar a la llamada Morenita del Tepeyac. Las peregrinaciones, que año con año marcan el inicio de este tiempo de fervor guadalupano, se han convertido en una viva expresión de identidad cultural, tradición y fe que envuelve a Campeche en un ambiente de solemnidad y celebración.
Esta mañana, decenas de estudiantes, docentes, directivos y padres de familia de un centro educativo de nivel básico caminaron desde el Parque del IV Centenario, conocido popularmente como San Martín, avanzando por la emblemática calle 10 hasta llegar a la parroquia dedicada a la Virgen.
Entre cantos y rezos, los alumnos personificaron a la Virgen de Guadalupe y a Juan Diego, reviviendo la escena que, según la tradición católica, ocurrió hace casi cinco siglos en el Tepeyac, y que este 2025 cumple 494 años de mantener viva la fe guadalupana en México. La historia de la impresión milagrosa de la imagen en el manto de Juan Diego continúa siendo uno de los elementos más poderosos del imaginario religioso del país.
Cada diciembre, millones de peregrinos acuden a la Basílica de Guadalupe en la Ciudad de México; sin embargo, las celebraciones locales, como las de Campeche, mantienen arraigada esta devoción en comunidades donde la fe se vive de manera cercana y profundamente emotiva.
En el santuario del barrio de Guadalupe, familias enteras se comienzan a reunir para rendir homenaje, llevar ofrendas, participar en rosarios y caminar juntos en peregrinaciones que, más allá del esfuerzo físico, representan un acto de agradecimiento y esperanza. Ayer, los fieles locales se unieron a los grupos de peregrinos que desde hace días han comenzado a llegar a la capital del Estado, todos con una misma misión: venerar a la Virgen del Tepeyac y renovar su fe en este tiempo que une tradición, espiritualidad y el sentimiento comunitario que caracteriza a la festividad guadalupana.
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JY