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Los "zombies"" que caminan en la selva: el aterrador mito maya de los Ki-men

Desde lo más oscuro del imaginario maya, resurgen los Ki-men: cadáveres putrefactos y caminantes capaces de contagiar la muerte. Una leyenda tan perturbadora como fascinante
Los mayas ya tenían su propia versión del terror andante: los Ki-men.
Los mayas ya tenían su propia versión del terror andante: los Ki-men. / Especial

En el vasto y misterioso mundo de las antiguas leyendas mayas, existen criaturas que podrían rivalizar —e incluso superar— a los más aterradores monstruos del cine moderno. Uno de estos seres, poco conocido fuera de los círculos académicos y culturales, ha resurgido recientemente en redes sociales gracias a un video viral del tiktoker Ram Valdés, que explora el lado más oscuro del folclore prehispánico. Se trata de los Ki-men, los llamados zombies mayas.

¿Qué son los Ki-men?

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En la lengua maya, la palabra "ki-men" significa literalmente “muertos” o “cadáveres”. Sin embargo, a diferencia de los muertos comunes, los Ki-men no descansan en paz. Según las leyendas orales del mundo maya, estos seres son cadáveres que han regresado a la vida en un estado de constante putrefacción, caminando por el mundo como una forma de castigo o desequilibrio espiritual.

A diferencia del concepto occidental de zombi, que suele asociarse con la magia vudú o los virus de ciencia ficción, los Ki-men están profundamente arraigados en la cosmovisión maya, en la que la muerte y la vida están interconectadas con el orden natural y espiritual del universo.

Más que muertos vivientes: una amenaza infecciosa

Lo que convierte a los Ki-men en criaturas especialmente aterradoras es su capacidad de infectar con el simple contacto físico. Según los relatos, cualquier persona que sea tocada por uno de estos seres empieza a pudrirse lentamente, siendo contagiada por la muerte misma.

Cadáveres en constante putrefacción que podían contagiar muerte con tan solo tocar / Especial

Pero el peligro no se limita a los humanos. Las historias aseguran que los Ki-men pueden infectar también a animales y plantas, provocando que se marchiten o mueran en cuestión de horas. Esto los convierte en figuras de poder destructivo absoluto, capaces de desestabilizar todo un ecosistema con su sola presencia.

¿De dónde vienen?

Aunque no existe una narrativa única, algunos investigadores y narradores de tradición oral sostienen que los Ki-men podrían ser almas castigadas, guardianes del inframundo, o víctimas de antiguos rituales prohibidos. En la tradición maya, la muerte no es el final, sino una etapa más del ciclo cósmico. Sin embargo, cuando ese ciclo se rompe, pueden surgir anomalías como los Ki-men.

Hay quien los vincula con prácticas oscuras, o con el uso indebido de los conocimientos de los ah men (sacerdotes o chamanes mayas), lo que habría causado un desequilibrio espiritual con consecuencias fatales.

El renacer del mito en redes sociales

Gracias al auge de creadores de contenido que exploran la mitología prehispánica, como el mencionado Ram Valdés, los Ki-men están ganando visibilidad entre nuevas generaciones. En sus videos, Valdés describe cómo estos cadáveres vivientes caminarían con lentitud, emitiendo olores nauseabundos, mientras buscan infectar todo a su paso. A diferencia de los zombis populares de la cultura pop, los Ki-men serían mucho más letales y silenciosos, y su sola existencia marcaría una señal de alerta sobrenatural.

Este tipo de contenidos demuestra cómo las plataformas digitales están recuperando y resignificando el legado oral de los pueblos originarios, dándole voz a figuras olvidadas y reconstruyendo un puente con el pasado.

El mito de los Ki-men es mucho más que una historia de terror. Es una ventana a la cosmovisión maya, que veía el mundo como un delicado equilibrio entre fuerzas de vida y muerte. Estas criaturas, por más aterradoras que parezcan, nos recuerdan que las culturas originarias ya reflexionaban sobre temas como la corrupción del cuerpo, el castigo, la contaminación espiritual y el respeto a las fuerzas de la naturaleza, siglos antes de que la ciencia ficción moderna inventara a los zombis.

¿Y si algún día un Ki-men caminara entre nosotros? Quizás no se parecería tanto a un monstruo, sino a un símbolo de lo que ocurre cuando rompemos el equilibrio con la vida… y con la muerte.