
Este primero de agosto, fecha en la que de manera oficial se levantó la veda del pulpo maya, imperó el desánimo entre el sector ribereño en el puerto de Champotón. Lo anterior se pudo corroborar tras un breve recorrido por la zona de puerto, destacando que la actividad se enfocó en la captura de especies de escamas mediante el lanceo y la lisera.
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Tal como lo advirtieron algunos dirigentes pesqueros como Víctor Martínez Aguilar, de la agrupación Pescadores de Bahía, y Javier Cosgalla, de la Asociación Ribereños, un alto porcentaje del sector pesquero decidió no participar en la pesca tradicional del molusco.
Por su parte, quienes optaron por trabajar la pesquería del octópodo de manera “gareteada”, esto con la finalidad de asegurar ingresos, lo hicieron fuera del litoral local, trasladándose a zonas como Isla Arena, Calkiní, así como Celestún, Dzilán del Bravo y Río Lagartos en el litoral yucateco.
De acuerdo con el sector pesquero ribereño, lo que una vez fue la segunda detonación económica, hoy sólo genera más incertidumbre que beneficios, debido a los altos costos de avituallamientos de lancha y alijo, los cuales pueden superar los 12 mil pesos entre jimbas, cordeles y carnadas.
“Es mucha la inversión que se realiza, y, pues para qué vamos a pecar de ingenuidad, de antemano sabemos que no hay pulpo de tallas permitidas en Champotón. Todo lo han depredado y lo seguirán depredando”, destacó Pedro Ek Chi, ayudante de embarcación.
Al no haber pesquería de pulpo gareteada, tampoco hay indicios del precio de playa que tendrá el molusco. Además, los pescadores advierten que el pulpo que hoy entre en las bodegas será capturado de manera ilegal, es decir, “camacheado”.
MISMO PANORAMA EN SEYBAPLAYA
En el puerto de Seybaplaya y Ciudad del Sol, los ribereños tampoco se sumaron a esta actividad en el primer día de la temporada del pulpo 2025.
JGH