
En menos de 15 días, los habitantes de la comunidad de Katab, ubicada al norte de Hopelchén, han experimentado apagones constantes de hasta 24 horas, lo que ha dejado semiparalizado al poblado de aproximadamente 550 habitantes, principalmente por la falta de agua potable.

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El agente municipal José Tricilio Dzib Cauich señaló en entrevista que la bomba sumergible está en riesgo de siniestrarse, ya que el bajo voltaje impide su correcto funcionamiento. “Hoy viernes, a las seis de la mañana, intentamos encender la bomba, pero la energía no es estable”, denunció.
De acuerdo con Dzib Cauich, el último apagón comenzó el miércoles pasado a las tres de la tarde y se prolongó hasta el jueves a las cuatro de la tarde: 35 horas continuas sin electricidad, lo que afectó seriamente la vida cotidiana de la comunidad. Los molinos de nixtamal dejaron de operar y las tiendas locales enfrentaron pérdidas económicas al no poder conservar productos perecederos.

El agente añadió que desde marzo ha solicitado por escrito al jefe de operaciones de la CFE en Hopelchén, Ing. Wilberth Cabrera Collí, que se realice la poda de árboles como huaya y mango que están sobre el tendido eléctrico y que, con los vientos, provocan chispas y “botan” las cuchillas del sistema, generando los cortes.
Han pasado cinco meses desde dicha solicitud y la CFE no ha atendido el reporte, lo que ha intensificado las fallas. Incluso Protección Civil ha respondido que necesita coordinación con la paraestatal para cortar el suministro eléctrico antes de intervenir.
Finalmente, Dzib Cauich advirtió que los pobladores están cansados del pésimo servicio eléctrico y no descartan realizar protestas en las oficinas de la CFE en Hopelchén. En abril se emitió una nueva petición para que se inspeccione toda la infraestructura eléctrica de la localidad y se corrijan las fallas que mantienen a Katab en constante vulnerabilidad.
JGH