
Las mujeres del Sureste del país enfrentan grandes desafíos para incorporarse plenamente al ámbito laboral, no sólo porque la formación desde el hogar bloquea su falta de capacidad para desempeñarse en áreas de mayor impacto y liderazgo, sino que después de que cursan sus estudios el sistema mantiene a los hombres como los mejores para destacar en puestos directivos, consideró Josefina Martínez Chávez, coordinadora de Desarrollo Curricular de la Facultad de Ciencias de la Administración de la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH), durante el arranque del Segundo Congreso Nacional entre Mentoras y Mentees, que tiene como sede la Universidad Autónoma del Carmen (UNACAR).
Ayer durante su participación en el Auditorio Xicalango del Edificio de Vinculación Universitaria, la académica, también integrante de la red de mentoras de la UNACH, enfatizó que aunque en estados como Chiapas existe una mayoría de mujeres estudiantes (incluso por encima del número de hombres en muchas facultades), la brecha en el acceso a cargos de alta dirección sigue siendo marcada, asegurando que estos números, ajeno a lo que pasa en su Entidad, se replican en la mayoría de los estados de la región.
“Aunque somos más mujeres, la alta dirección sigue estando enfocada en los hombres. Rara vez se da un puesto directivo a una mujer, por ello, tenemos que seguir fomentando en nuestras estudiantes ese espíritu de empoderamiento, que crean que pueden ser líderes y que desempeñarse en cualquier área profesional”, comentó la mentora.
Mayor activismo
Martínez Chávez destacó la importancia de fomentar espacios que vayan más allá de la tutoría académica tradicional y que impulsen el liderazgo femenino desde la etapa universitaria, porque a pesar de los avances, muchas mujeres aún se enfrentan a estructuras sociales rígidas que refuerzan los roles tradicionales, sin dejar atrás la existencia de desigualdades salariales entre el Sur y el Norte del país.

“En la Zona Sur vemos que los salarios son menores porque no está tan industrializada como el Norte. Existen diferencias marcadas que obedecen tanto a factores económicos como a contextos socioculturales, que van desde el analfabetismo y violencia estructural contra las mujeres, como el intercambio de niñas por terrenos o dotes, entonces, garantizar la presencia de mujeres en roles directivos necesita un cambio más profundo, más allá del ámbito educativo”, reiteró.
Martínez Chávez concluyó que el trabajo entre universidades y Gobierno es esencial para cerrar estas brechas. “La vinculación se está dando, pero se debe fomentar mucho más”, expresó.
Al respecto, cabe recordar que la primera encuesta que realizó el INEGI del Sistema de Cuidados, en 2023, destacó que el 75 por ciento de quienes se encargan de cuidar del hogar, lo que abarca niños, ancianos y enfermos, son mujeres, y que la cifra asciende cuando se trata de saber quiénes se encargan del cuidado de los niños en las casas; acá el porcentaje indica que el 90 por ciento recae en las mujeres de la casa. Las razones de esto son desde culturales hasta estructurales, desde desconfianza en las guarderías hasta el hecho de asumir que es responsabilidad de la madre hacerse cargo de sus hijos.
En el terreno laboral, la STPS informó que para el último semestre de 2024 la fuerza laboral del país ascendía a 59 millones de personas y que 24 millones eran mujeres.
En cuanto al porcentaje de mujeres en puestos de alta dirección en México, el estudio Women in Business de este año indica que cuatro de cada 10 cargos los ocupan personas del género femenino.
JGH