La situación que enfrentan los pescadores ribereños en la isla es cada vez más crítica, así lo señaló Santiago Jiménez González, presidente de la Unión de Pescadores Ribereños del Carmen, quien aseguró que la actual temporada ha sido una de las peores de los últimos años, con una disminución de hasta el 50 por ciento en la captura de especies como robalo, chopa y cazón, afectadas por el calentamiento de las aguas y la falta de frentes fríos, en comparación con el mismo periodo del año pasado.
El líder pesquero mencionó que en este año, con temperaturas más calurosas que incluso las reportadas en 2024, las especies se han alejado demasiado, se encuentran mar adentro, donde las embarcaciones pequeñas no pueden llegar, pero además la ausencia prolongada de nortes complica aún más que el producto llegue a zonas accesibles para la pesca ribereña.
Ante este escenario, el gobierno estatal implementó un apoyo económico de cuatro mil pesos por pescador durante el periodo de veda, que se distribuye en dos parcialidades, y aunque el recurso es bien recibido, Jiménez González considera que no es suficiente para enfrentar cinco meses sin ingresos.
“Ese dinero apenas alcanza para unos días, en esta vez lo darán en dos partes, muchos compañeros lo reciben en la mañana y por la tarde ya lo gastaron, sabemos que la situación económica no está bien, pero necesitamos soluciones de fondo, no solo parches”, expresó.
Otro de los puntos que preocupa al gremio es que la veda se impone sin consulta al sector, es decir, jamás han incluido a los pescadores en la planificación ni les han proporcionado alternativas para generar ingresos durante el periodo de restricción.
“El sector necesita empleo temporal. Hay mecanismos que se pueden coordinar con los gobiernos estatales y municipales. Hemos hecho la propuesta, pero todo se queda en la mesa, en papeles. Ninguna administración le ha dado seguimiento real”, lamentó.
Jiménez González también señaló que los estudios técnicos que justifican las vedas tienen más de 25 años de antigüedad, lo cual es alarmante ante el impacto creciente del cambio climático en los mares.
“Necesitamos estudios actuales, con datos recientes sobre los ciclos de las especies. El clima ha cambiado, los tiempos han cambiado. Ya no sabemos ni cuándo vendrá un norte o una marea buena. Los pescadores estamos trabajando a ciegas, y eso genera miedo e incertidumbre”, dijo.
Indicó que todo lo anterior fue planteado durante una reciente reunión en Ciudad de México con el nuevo Comisionado Nacional de Pesca, Alejandro Flores Nava, donde le reiteró esta demanda. Según relató, el comisionado —originario de Yucatán y con experiencia en el sector— se mostró receptivo y comprometido a dar seguimiento a la solicitud de nuevos estudios científicos.
El líder pesquero consideró como necesario plantear lo sucedido puesto que, comparando los primeros cinco meses de 2024 con el mismo periodo en 2025, se estima una caída entre el 40 al 50 por ciento en la producción. “El año pasado tuvimos una buena temporada de robalo, pero esta vez fue terrible. No hay producto, y el poco que hay se paga mal. Los precios están por los suelos. Hay compañeros que regresan con tres robalitos y no sacan ni para la comida del día”, afirmó.
Pese al difícil panorama, Jiménez González mantiene la esperanza en que la nueva administración federal atienda las exigencias históricas del sector. “Hay confianza en el nuevo comisionado, pero necesitamos que esto no quede solo en palabras. Es momento de actuar, de escuchar al pescador y de incluirnos en las decisiones que afectan directamente nuestra subsistencia”, concluyó.
