
Desde hace más de cuatro horas, la carretera federal que conecta a las comunidades de Nuevo Progreso y Atasta permanece bloqueada por pobladores de San Antonio Cárdenas y Nuevo Progreso, quienes decidieron cerrar el paso vehicular en protesta por los constantes apagones que han afectado gravemente su calidad de vida y por el incumplimiento de compromisos por parte de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y el gobierno estatal.
Los manifestantes instalaron piedras, ramas y vehículos para obstruir el tránsito en ambos sentidos de la vía, en un acto de presión que, aseguran, no levantarán hasta obtener respuestas concretas y compromisos firmes de parte de las autoridades.
Señalan que, pese a que semanas atrás la CFE prometió la construcción de una subestación eléctrica para estabilizar el suministro en la región, hasta ahora no se ha iniciado ningún trabajo, ni se ha presentado personal técnico a realizar estudios previos.
La molestia de la población se ha incrementado debido a que esta es la segunda ocasión en lo que va del año que recurren al cierre de la carretera por el mismo motivo, sin que las autoridades hayan ofrecido soluciones efectivas.
Además, acusan a la administración estatal encabezada por la gobernadora Layda Sansores San Román de omisión, al no intervenir ni dar seguimiento a los acuerdos pactados en reuniones anteriores.
“Estamos cansados de vivir entre apagones, nuestros electrodomésticos se dañan, los alimentos se echan a perder y los estudiantes no pueden ni tomar clases en línea. Nos han mentido una y otra vez”, expresó uno de los líderes comunitarios, quien afirmó que la situación ya es insostenible.
El bloqueo ha comenzado a generar largas filas de vehículos y molestias entre transportistas y automovilistas, quienes piden una pronta solución para reactivar el paso. Hasta el momento, no se ha presentado ninguna autoridad para dialogar con los inconformes ni se ha emitido un comunicado oficial por parte de la CFE o del gobierno estatal.
Los habitantes de San Antonio Cárdenas y Nuevo Progreso advirtieron que mantendrán el bloqueo de manera indefinida hasta que sus demandas sean atendidas con seriedad y se establezca un calendario claro para la construcción de la subestación prometida.
La situación amenaza con agravarse si no se atiende a tiempo, pues el malestar social crece y el hartazgo de las comunidades podría escalar a nuevas acciones de presión.