Luego de que dos perros cayeran en el pozo de una vivienda en la colonia Ortiz Ávila, solamente uno fue reclamado por su propietaria, mientras que el otro está bajo resguardo del Centro de Bienestar Animal (CBA). Cabe señalar que hasta el momento se desconoce cómo fue que los caninos resbalaron y aunque en redes sociales acusan al dueño de la casa de ser un reiterado maltratador de animales, no hubo ninguna denuncia presentada.
Así lo dio a conocer Miguel Báez Ramón, coordinador del CBA, quien dijo que desde que Protección Civil solicitó el apoyo para acudir al rescate de los dos lomitos, llegaron a un sitio donde el dueño de la casa se veía consternado por lo sucedido. Detalló que al ser liberados del pozo, los animales fueron revisados y ninguno mostraba golpes producto de un tercero, solamente estaban mojados y con laceraciones en las patas.
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Indicó que las laceraciones fueron provocadas por la fricción, ya que en la desesperación de los perros por salir del pozo se destrozaron las garras y lesionaron las almohadillas. Posteriormente fueron llevados al CBA para su observación y tratamiento, además de esperar que los propietarios acudieran.
Un perro color café fue entregado a su dueña, quien presentó la cartilla de vacunación, comprobando que no estaba en condiciones de abandono ni maltrato. Sin embargo, el otro lomito blanco con cabeza café, pese a portar collar, no ha sido reclamado.
Ante las acusaciones en redes sociales que señalan al propietario de la vivienda como responsable de arrojar a los perros al pozo, el funcionario aclaró que ningún vecino confirmó esa versión, y que en caso de existir pruebas deberán presentarse ante la Fiscalía Especializada en Delitos contra Animales.
El perro no reclamado permanecerá bajo vigilancia en el CBA, donde ambos recibieron un tratamiento con spray a base de aluminio para cicatrizar sus patas.
Finalmente, Báez Ramón llamó a la población a denunciar con evidencia los casos de maltrato animal, recordando un hecho reciente donde una denuncia falsa resultó ser el llanto de un perro de 14 años que sufría por la ausencia temporal de su dueña.