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Cultura

Proyección del documental Los rollos perdidos, de Gibrán Bazán

Por Conrado Roche Reyes

En la Casa de la Historia de la Educación de Yucatán y dentro de la conmemoración del 50 amiversario de la matanza de Tlatelolco, se llevó a efecto la proyección del filme Los rollos perdidos.

El autor de dicho documental, Gibrán Bazán, dijo que estas filmaciones fueron hechas a pedido expreso del entonces secretario de Gobernación, Luis Echeverría Álvarez, quien contrató al prestigiado director cinematográfico Servando González (Viento negro) por veinte mil pesos para que filmara todo lo ocurrido el 2 de octubre en la plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco.

Dicho director llevó a todo su equipo de filmación, que se colocó en el edificio de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Desde ahí filmó absolutamente todo, desde la llegada de los primeros estudiantes hasta la masacre.

En la madrugada, agentes de seguridad se llevaron al director y a las más de ocho horas de filmación para revelarlas. Horas después, los militares llegaron recogiendo los materiales filmados. Sin embargo, algunas secuencias de la filmación se quedaron ahí. Se reunieron unos sesenta minutos de imágenes de la matanza del 2 de Octubre.

Las filmaciones fueron un secreto a voces. Servando guardó silencio por muchos años. Fue premiado por el gobierno apoyándolo para sus películas, pero recibiendo el repudio de los demás cineastas por haber guardado silencio y no haber contado la verdad.

El problema, según algunos cineastas que aparecen en Los rollos perdidos, no reside en la existencia de esos rollos, sino en la costumbre del mexicano de olvidar y dejar que se consuman los recuerdos que mantienen activa la exigencia de justicia.

La investigación de Bazán no asegura la existencia de esos casi 60 minutos del 2 de Octubre, tampoco afirma que se hayan quemado en el incendio de 1982 (la culpable fue la hermana del entonces presidente, Margarita López Portillo) de la Cineteca Nacional, pero lo que sí afirma, como tantas investigaciones y películas lo han hecho, es la preservación de la memoria y las contradicciones de un gobierno retrógrado que ha mantenido a la fuerza y las imposiciones hasta el día de hoy.

El documental ha sido uno de los más censurados de México. Gibrán Bazán decidió romper, a través de la tecnología la censura que ha sufrido este material, que hoy día ha sido visto por más de setenta mil personas tras su liberación gratuita en redes sociales. Asimismo, ha expresado que con este material buscan lanzar un mensaje al Presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, para que se cree una comisión que investigue en dónde se encuentran las ocho horas de filmación y que el expresidente Luis Echeverría Álvarez mandó realizar de la matanza de Tlatelolco 1968, además de otra comisión que investigue lo sucedido en el incendio de la Cineteca Nacional en 1982.

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