Carlos Chablé Mendoza*
El Janal Pixan, comida de ánimas, es una costumbre enraizada en nuestra ciudad, Noj Kaaj Santa Cruz Xbáalam Naj hoy Felipe Carrillo Puerto, y forma parte de nuestra identidad cultural. Cada año en las escuelas primarias y aun en las de nivel superior se realizan ofrendas en altares que se instalan siempre al oriente de plazas, canchas o salones. Se pensará que lo hacen por la calificación, pero no es así exactamente, el Janal Pixan es algo que niños y jóvenes conocen como parte de las tradiciones familiares porque también hacen los altares en sus casas.
Esta costumbre se enriquece con la diversidad cultural que traen quienes, provenientes de otros estados, han decidido quedarse a vivir en el corazón de la zona maya en las últimas décadas.
La costumbre de celebrar esta visita de las ánimas, pixanes, viene desde antes de la invasión y conquista española. Los mayas reconocían a Aj Puch como el dios de la muerte que residía en el inframundo y recordaban cada mes a los difuntos el día Kimi, la muerte. El mes maya era de 20 días y uno de estos días se dedicaba a Kimi, cada 20 días se ofrendaba a una energía o nawal, así además de Kimi, se ofrendaba al jaguar o baalam, al pájaro o ch’íich, al pedernal o etznab, al lagarto o ayim, al viento o ik; a la serpiente o kaan, etc., son estos algunos de los días del calendario sagrado, el Tsolkin Maya.
Con la conquista la espiritualidad maya fue perseguida, combatida y asesinados muchos de sus guardianes: chilames, aj kines. Algunos elementos de esta espiritualidad antigua se tuvieron que mezclar con la religión católica que impusieron los españoles y por ello sobreviven hasta la actualidad manifestándose en el Janal Pixan y otras tradiciones religiosas de nuestra región maya.
Esta tradición anual es entonces ancestral; es parte de nuestra cultura regional en la que cada ciclo celebramos con nuestros ancestros y seres queridos ya fallecidos. No están materialmente con nosotros pero su energía, su espíritu o pixan nos acompaña siempre, hay que recibirlos con lo mejor que tengamos y con lo que haya sido de su agrado en su vida material.
La globalización nos trae también otras costumbres de occidente y oriente, por ello resultan importantes las iniciativas nuevas que surgen para mantener fortalecida nuestras tradiciones antiguas. Así Pixan, el festival de las ánimas que organiza el ayuntamiento de Carrillo Puerto, en el estado de Quintana Roo, resulta interesante.
Según uno de sus promotores, Valentín Gómez, director de proyectos de la comuna, con esta festividad Carrillo Puerto levanta la voz y dice presente desde una excelente atmósfera mística para enseñar al estado y región peninsular su cultura viva y que distingue a sus habitantes.
“Estamos seguros de que el festival de las ánimas atraerá la atención de muchos, será un deleite para la ciudadanía carrilloportense, para visitantes nacionales y extranjeros”.
En el programa del festival Pixan que se realizará del 31 de octubre al 2 de noviembre próximos se incluyeron la participación de artistas locales que destacan en el plano nacional y entre ellos se cuenta a los grupos Chan Santa Roots y Vibrazión Natural, que interpretan sus propias canciones y melodías en español, maya e inglés al ritmo de reggae, jazz y cumbias; Hum Batz, música maya antigua, a cantautores como Julkín Chablé, MC Pan Dulce y Oro Maimai; Grupos de Mayapax, teatro y danza, así como la participación de la destacada Brigi Cuentacuentos. Todos y todas confluyen en un mismo objetivo, que es el de fortalecer la cultura maya popular en estos tiempos de globalización.
Líneas arriba mencioné el mes maya de 20 días, a los nawales y lo ancestral de nuestra celebración. Platiquemos entonces por último un poco acerca de la importancia del Tsolkin en el marco de esta celebración de la vida-muerte por los mayas. Este calendario sagrado maya data de hace más de 5 mil años, lejos de polemizar acerca de su justeza cronológica es más importante destacar la esencia de la cosmovisión heredada por nuestros abuelos y abuelas. Para ellos el equilibrio y la unidad entre el hombre y la naturaleza es fundamental, romperlos significaría la muerte de la humanidad.
Por eso la cuenta y lectura de los días, el Tsolkin, conocer la energía o nawal que corresponde cada veinte días, resulta una excelente manera de obtener, lograr lo que conocemos algunos como la plenitud de vida. La experiencia sistematizada durante miles de años por guías espirituales, abuelas y abuelos, nos permiten prever, no profetizar, y afrontar cada día y ciclo por venir de la mejor manera. No se trata de una religión ni de buscar adeptos. Seguir el Tsolkin, conocer el significado de nawales y energías permiten planear y llegar al mejor aprovechamiento de nuestro paso por la vida. Se trata de una práctica espiritual con profundas raíces en la madre naturaleza. Chen lelo’.
*Cronista de Felipe Carrillo Puerto.