Por Carlos Francisco Chablé Mendoza
El Janal Pixán y el biix
Aunque en la mayor parte de la península de Yucatán los finados se celebran principalmente del 31 de octubre al 2 de noviembre y se hace el llamado biix a los ocho días de la visita de nuestras queridas ánimas, en la zona maya de Quintana Roo la celebración se prolongará todo el mes de noviembre. También debo comentar que algunas personas como yo los recordamos cada 20 días siguiendo el Tsolkin, calendario sagrado que nos legaron nuestros ancestros.
De esto hablamos en nuestra colaboración anterior publicada amablemente en ¡POR ESTO!
En esta ocasión, platicaré de la tradición aún vigente y generalizada de la celebración de la octava (biix) con lo que finaliza el Janal Pixán (comida para ánimas). El biix se hace a los ocho días de ocio que disfrutaron los pixanes visitantes. Así como los recibimos los despedimos, con “lujos” y guisos que preparamos especialmente para su llegada.
Según mi amigo Gregorio Vázquez Canché, el día 7 de noviembre, antes del biix, también se despide a los niños ánimas y el día siguiente a los grandes. Entre las comidas que se ofrecen en ambos días el platillo especial es el sabrosísimo chachak waj, que son tamales de maíz, relleno de carne de pollo y con abundante achiote, que le da una tonalidad especial. Pueden ser pequeños o grandes, cuadrados o redondos, es al gusto de cada familia y, por supuesto, que se hacen en el “pib” u horno que se excava en la tierra. Aprovecho para aclarar que en estas fechas especiales se come mukbilpollos no pibes, el pib es la técnica maya de hornear bajo la tierra, así que comer venado, tepezcuintle, jabalí, tejón, tuza o armadillo cocido en pib es…mmmm algo exquisito, tienen un sabor especial, está jach ki’ (muy sabroso).
Estas tradiciones mayas de día de muertos recogidas por Vázquez Canché como promotor cultural hace casi dos décadas siguen vigentes afortunadamente por estos rumbos. Así, la gente aún tiene también la creencia de que si alguna persona muere antes o durante estas fechas se le llama o dará el cargo de kuch kib (cargador de velas). Estos recién muertos cargarán con las velas, panes, mukbilpollos y flores de todos los difuntos, o sea, que serán los novatos del año y servirán a los difuntos con más antigüedad. No podemos recibirlos como a las ánimas antiguas ni hacerle sus ofrendas porque se cree que su alma todavía vaga entre nosotros, esperaremos hasta el siguiente año para que puedan gozar de la fiesta y de las ofrendas como las demás ánimas.
Dicen los ancianos, que el alma de la persona que acaba de morir es el último de la fila de los difuntos que visitan el mundo de los vivos, por ello es que los difuntos más antiguos lo hacen su cargador, descansará hasta que otra persona muera en vísperas de los finados y lo releve de su carga (kuch). No hay diferencias ni privilegios, así ocurre seas rico o pobre, dicen los abuelos y abuelas.
“La muerte entonces para los mayas no significa el fin de la vida, es un ciclo más dentro del universo. La muerte es como un largo recorrido en el viaje eterno. Nada se termina con la muerte, es una transformación, un cambio de lugar, que tal vez se encuentra uno en este mismo mundo, puede que nos reencontremos, pero ocurre en un tiempo diferente”, esta es una bella e interesante explicación que hace Vázquez en su folleto mimeografiado en aquellas buenas épocas de la Unidad de Culturas Populares.
Ayer muchas familias de esta ciudad, corazón de la zona maya, continuaron su costumbre de despedir a las ánimas con igual entusiasmo, con una nueva y sabrosa ofrenda, con atoles, refrescos, jugos y/o bebidas espirituosas que preferían nuestros padres, madres, abuelos, abuelas, hermanos, tíos o hijos fallecidos.
En las comunidades observaremos que los ricos manjares y dulces de despedida les serán preparados a los pixanes hasta los últimos días de noviembre. Realmente los días de muertos son un festejo de ánimas porque platicamos, reímos y algunos hasta bailamos con ellas. Recuerden que en Carrillo Puerto hicimos “Pixan, Festival de las Ánimas”; disfrutamos con las ánimas los mukbilpollos en Yucatán y Quintana Roo, o pibipollos como le dicen en Campeche al mismo cocido, compartimos los chachakuajes y frutas de la época, con todo ello les preparamos sus bastimentos que se llevaron en el biix o que se llevarán a fin de este mes en su camino de regreso y que les durará hasta el próximo año cuando nos visiten nuevamente. Pudimos observar también que bardas, albarradas o en las entradas de las casas de vecinos se encendieron velas para iluminar su camino. No hay tristeza. ¡Bendita fiesta de las ánimas la nuestra!, como diría mi abuela. ¡Salud!