Por Marina Menéndez Fotos: Lisbet Goenaga
LA HABANA.— La noticia, triste doblemente porque tiene lugar cuando ya se avistaban los homenajes por su centenario, fue acogida en Cuba con un dolor tranquilo, a pesar de que nos priva de uno de los más altos exponentes de la cultura nacional.
En diciembre cumpliría 99 y muchos confiábamos en su optimismo y vigor para permitirnos festejarla en su onomástico cien. Pero la muerte la sorprendió este jueves en la mañana en el capitalino hospital Cimeq.
“Alicia Alonso se ha ido y nos deja un enorme vacío, pero también un insuperable legado. Ella situó a #Cuba en el altar de lo mejor de la danza mundial. #Gracias Alicia por tu obra inmortal”, fue el mensaje del Presidente Miguel Díaz-Canel en la red social Twitter, escrito desde su fructífera estancia oficial en México, en tanto la Asamblea Nacional recordaba el reconocimiento de Fidel a su obra: “La excelencia de Alicia, su talento, su tenacidad y su ejemplo, que inspiraron a generaciones de brillantes artistas, hicieron posible el milagro: la existencia del Ballet Nacional de #Cuba (...) y el nacimiento de la Escuela Cubana de Ballet (...)”.
Ese fue otro de los grandes méritos de la prima ballerina assoluta y fundadora del Ballet Nacional de Cuba: darle vida y alma a la Escuela Cubana de Ballet, reconocida en Latinoamérica y el mundo.
En su sede, en la calle Prado, reinaba un silencio respetuoso luego de conocerse su deceso. Según se supo extraoficialmente allí, las honras fúnebres serán el sábado en el Gran Teatro que lleva su nombre, ubicado a pocas cuadras, y donde Alicia deleitara al público tantas veces.
En Instagram, los alumnos dejaron muestras de su pesar: “Hoy se nos ha ido una grande de nuestra historia y cultura. Alicia Alonso, un legado sempiterno de entrega, danza y arte. La Escuela Nacional de Ballet viste de luto… Te sentimos maestra de maestros”.
Una estatua realizada mucho antes de su deceso por el artista Villa Soberón y ubicada en teatro la perpetúa, pero nunca más que el recuerdo de su paso armonioso sobre los escenarios.
Así la evocó el primer bailarín Carlos Acosta, actual director del Royal Ballet de Londres: “He recibido con dolor la noticia de la muerte de nuestra Primera Bailarina Alicia Alonso. En estos momentos no puedo dejar de pensar en todo lo que le debemos, en el extraordinario legado que Alicia nos ha dejado. Siendo hija de una pequeña isla del Caribe, Alicia se impuso a todas las barreras que decían que el ballet era un arte de países desarrollados, que el físico y el temperamento latinos no se ajustaban a los requisitos de la danza clásica. Todos esos prejuicios fueron demolidos cuando Alicia Alonso entró en la escena (…) Su lucha por ser reconocida abrió las puertas del ballet clásico para todos los jóvenes de nuestro continente que soñaban con bailar y puso el nombre de Cuba en las carteleras de los grandes escenarios internacionales(…)”
Estábamos habituados a verla en cada evento importante de la danza cuando ya estaba alejada de los escenarios aunque no de las tablas, por esa vocación de coreógrafa y de maestra.
Le echaremos de menos. Pero su legado y su aporte a la cultura cubana, son imperecederos.
Nació el 21 de diciembre de 1920 en la popular barriada de Marianao, hija de un teniente veterinario del ejército y de una refinada modista. Desde pequeña descubrió su vocación por la danza, que desarrolló primero en la Escuela de Ballet de la sociedad Pro-Arte Musical de La Habana, en 1931.
Tiene que marchar al extranjero para sortear el carácter elitista del ballet en la Cuba de la época y va a Broadway, el Ballet Caravan, el Ballet Theatre de New York, el Ballet de Washington y el Ballet Ruso de Montecarlo, hasta triunfar como estrella invitada de las más relevantes compañías, festivales y galas.
Nos representó en 65 países. En 2002 fue nombrada Embajadora de Buena Voluntad de la UNESCO por su extraordinaria contribución al desarrollo, preservación y divulgación del ballet clásico.
Mas para los cubanos siempre seguirá siendo nuestra etérea Giselle, nuestra cálida Carmen. ¡Querida y nuestra Alicia!