«¡Bravo, Alicia!», coreó el mar de pueblo que aguardaba la llegada de los restos de la artista al panteón familiar en el Cementerio de Colón, donde por decisión de sus deudos, recibió sepultura este sábado al final de la tarde
Por Marina MenéndezFotos de Lisbet Goenaga
Las muestras de admiración y respeto eran consecuentes con las expresiones vertidas antes por miles de cubanos durante las honras fúnebres, y en el recorrido hacia la necrópolis, que la hizo transitar por las calles capitalinas desde el céntrico y emblemático Paseo del Prado, donde está el teatro, tomando la avenida del Malecón, la calle 23 en el Vedado y su confluencia con12, hasta su última morada, para que la despidieran… y ella se despidiera!
El historiador de la Ciudad, Eusebio Leal Spengler, emocionado, le dedicó las últimas palabras, que las personas escucharon atentas.
«Toda su obra estuvo encaminada a exaltar al pueblo cubano. Tú eres parte de nuestro tesoro (…) Las joyas que tú creaste te acompañan hoy, danzan a tu alrededor con una corona de laurel…».
Ya no está aquí, pero se seguirán escuchando las ovaciones a la gran artista cada vez que en cualquier lugar del mundo se evoquen sus interpretaciones. Y como su arte seguirá vivo y con nosotros, por los años de los años se seguirá exclamando: ¡Bravo, Alicia!