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Cultura

'Psicografía. Voces de mi interior”

Jorge Cortés Ancona

El libro “Psicografía. Voces de mi interior”, de Jorge Luis Canché Escamilla, se inserta en la relación entre las artes visuales con la psique. Un tema de larga tradición y, a la vez, con múltiples manifestaciones.

Como una relación directa podemos mencionar la propuesta surrealista del dibujo automático, en el cual los trazos se efectúan bajo la libertad del inconsciente.

También considerar lo que el pintor Jean Dubuffet llamó el Art Brut, que es el arte espontáneo e inmediato de quienes están al margen de la vida artística: enfermos psiquiátricos, presos, obreros, mendigos, ancianos, niños, etc. Esta tendencia ha sido reconocida en la historia del arte y existen peculiaridades que han distinguido a varios de sus cultores, muchos de ellos ajenos a cualquier idea del campo artístico. Un caso representativo es el del jalisciense Martín Ramírez, extrabajador rielero que sufrió un trastorno psiquiátrico en California y que de manera recurrente dibujaba formas curvas en largas tiradas, semejando túneles o vías de tren.

Pero existen otras variantes, con propósitos de plasmar visualmente la personalidad, como ocurre con las psicografías de Marius de Zayas, un artista y promotor mexicano que ha sido revalorado en años recientes, sobre todo por su impulso al arte europeo impresionista y de vanguardia en Estados Unidos. En las primeras décadas del siglo XX, De Zayas creó retratos en caricatura basados en supuestas ecuaciones algebraicas combinadas con formas geométricas, como interpretación de la personalidad de los retratados. Así aparecen retratos de escritores, pintores y marchantes de arte en Europa, Estados Unidos y México.

Años después, alrededor de 1950, el cineasta, fotógrafo, dibujante y arqueólogo Manuel Cirerol Sansores realizaba en Mérida lo que llamó “taquisemblantes”, que, a decir de Conrado Menéndez Díaz, son retratos psicológicos en unas cuantas líneas, en las que el individuo nos es presentado funcionalmente en la vida diaria, en rol de amigos, en la oficina, en el café, es decir, retratos hechos a velocidad tratando de captar más el temperamento del personaje que sus rasgos físicos.

En estos dos casos la psicología se dirige hacia los representados, aunque es inevitable que también se manifieste la personalidad de los propios autores. Ahora nos encontramos a Jorge Luis, quien elabora dibujos abstractos en bolígrafo o marcador, en el tiempo en que convive con otras personas en reuniones y conferencias. Dibujos que realiza al azar, dejando libre la mano para que surjan curvaturas, entrelaces, retículas, alargamientos, movimientos que a veces se repiten como un patrón, o integración de áreas dibujadas con espacios en blanco, todo lo cual conforma formas orgánicas abstractas que sugieren figuras de la realidad exterior.

Estos dibujos, equiparables a voces, son una forma de expresar una faceta de la atención dividida, cuando se escucha a los oradores o interlocutores, a la vez que se vierte en trazos la condición emocional o las sensaciones del momento. A manera de una prueba de Rorschach, pero sin la simetría de éstas, podemos encontrar imágenes que también dicen de la propia persona que cree reconocerlas. Hice la prueba de hallar formas que semejaran seres y objetos, y aparecieron aves volando o en tierra, plantas, mariposas, mamíferos, gente bailando, muebles, vestimentas…

Tal como Jorge Canché cuenta, empezó dibujando sobre servilletas, soportes que dan pie a que el relieve de ese tipo de papel se integre al conjunto visual. Luego empleó hojas volantes, cajas de cartón, anuncios, lo cual constituye un reciclaje que, en su proceso de presentación al público y de conservación, requiere contrarrestar la fragilidad del material.

Todos los dibujos que aparecen en el libro están fechados y podemos ver que el conjunto de esta llamativa edición en papel couché abarca de 2001 a 2017, en dos etapas. Aparecen sólo las fechas, aunque pudo también incluirse el sitio y circunstancia en que se hicieron, en qué tipo de reunión se hallaba el autor cuando realizó cada pieza.

El libro inicia con un ensayo de Roldán Peniche Barrera, que analiza el trabajo de Jorge Luis, a través de algunos de los dibujos. Después sigue un texto explicativo del autor, en el que nos da a conocer el proceso de elaboración de este conjunto, así como las exposiciones y opiniones, entre ellas la del pintor Juan Ramón Chan, quien hizo la selección de los trabajos compilados en este libro. Asimismo, se incluye un breve texto de Juan Díaz Yarto.

En suma, en “Psicografía. Voces de mi interior”, la atención dispersa se canaliza en dibujos que dan lugar a que la conciencia se adapte a la comunicación del momento y a la vez se dispare en trazos, en formas que se expanden en la interioridad más libre.

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