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El hombre problema
Lunes
¿Qué tú dices? ¿Trabajar?
¿Voluntario una jornada?
¡Qué va, negro, de eso nada,
tú no me vas a embarcar!
Yo tengo que ir a cortar
el arroz que está maduro
y si yo no voy, seguro,
que nadie va y me lo corta.
Sí, claro, a ti qué te importa,
tú no eres el del apuro.
Martes
¿De guardia en el Comité
a las dos de la mañana?
Pero esa es una jarana
tuya por lo que se ve.
Hoy no ha venido el café,
como es lo acostumbrado,
yo creo que tú has fallado
en esta ocasión conmigo.
Bueno, viejo, ya te digo,
resuelve por otro lado.
Miércoles
¿A la caña? Tú estás loco.
sácame de esta guadaña,
por fin, es que yo a la caña,
ni la sembré ni la toco.
Y yo no puedo tampoco
cortar por más que quisiera.
Será otro día cualquiera
en que yo me sienta bien
y pueda cortar también…
¡Compadre, qué jodedera!
Jueves
¿Cómo? ¿Qué de guardia hoy?
Tú estás loco de remate,
plantearme ese disparate
con lo jodi’o que estoy.
Pues mira, que yo no voy
a hacer guardia ni un carajo.
Dale abajo, dale abajo,
a ese absurdo planteamiento.
¡Coño, que no hay un momento
que no te hablen de trabajo!
Viernes
¿A qué hora es la asamblea?
¿Que tú dices, a las tres?
Que va, mi hermano… tú ves,
yo no voy y lo que sea.
¿Pero de quién fue la idea
de a las tres dar la reunión?
¡Qué desorganización,
qué forma de trabajar,
y no te dejan ni hablar,
me cago este en diez cabrón!
Sábado
¡Ah!¡Pero el televisor
se lo dieron a fulano?
Eso estaba de la mano,
sí, claro, el empujador.
El supertrabajador,
que no es borrachín ni chulo,
que es chicharrón como un mulo,
pero que va, mi hermanito,
cuando lo vea le grito:
–¡Métetelo por culo!
Domingo
Se terminó la semana
y hoy es domingo. Verdad
que tanta tranquilidad
me hace la vida muy sana.
Pero mañana, mañana,
sí que no puedo inventar,
desde hoy voy a informar
de la gripe que cogí:
que pongan otro por mí,
que no voy a trabajar.
Luis Compte Cruz
435
Lo que le ocurrió a Pedro
Pedro, en un día fatal,
tedioso y desesperado,
frenó un motor a su lado
que traía un “sidecal”*
El chofer, excepcional,
le dijo con buena cara
que con rapidez montara,
que estaba muy apurado,
porque llevaba un recado
con destino a Santa Clara.
En el “sidecal” montó,
a la orden que escuchara,
pero luego en Santa Clara
al llegar se desmayó.
La gente le preguntó
por su tenebroso estado,
y él desde el suelo tirado
contestó: –Me siento mal,
vine en este “sidecal”
y se encuentra desfondado.
Miki González
* Sidecar: especie de cochecito con una rueda lateral que se acopla y engancha a uno de los lados de algunas motocicletas.