Cultura

Harvey Brooks, el mejor bajista de blues

Conrado Roche Reyes

En lo personal, el mejor bajista de blues que ha existido en la historia, incluyendo en esta a los pioneros de antes de la invención del bajo eléctrico, es el enorme Harvey Brooks.

Sucede que por las noches, a altas horas aparecen cosas importantes. Es el reino de las prostitutas, los ladrones, los asesinos y los músicos. En especial para los músicos de blues y el jazz que practican un ritual pagano que mucho tiene de místico y religioso. Las jam sessions.

Esto es, improvisaciones que se hacen al terminar el horario normal para el publico de clubes y bares y demás antros, cuando solo ya quedaba uno que otro parroquiano ebrio y alguna cansada “chica mala”, los músicos se juntaban sin mayor compromiso que el gusto de tocar y dar lo mejor de sí mismos. Un guitarrista de una banda determinada se juntaba con el bajista de otra y a ellos se unía un baterista, un saxofonista, un cantante, un trompetista, etc. La sesión comenzaba con una figura del bajo o de la guitarra y todos se iban uniendo para improvisar largas, larguísimas piezas que se engarzaban una tras otra y terminaban al amanecer del nuevo día.

La tradición de las jam sessions pasó al rock en los años sesenta y dio frutos esplendidos, varios de los cuales por fortuna quedaron registrados en grabaciones que actualmente han adquirido el status de clásicas.

Corría el histórico año de 1968 y el tecladista, vocalista, compositor, arreglista y productor Al Kooper, líder fundador en ese entonces de la banda Blood Sweat and Tears, invitó al mejor guitarrista blanco de blues de todos los tiempos, el desaparecido Mike Bloomfield (miembro en ese momento de Electric Flag), para realizar un disco en el que se reflejara el espíritu de una de esas jam sessions. Bloomfield, el enorme Bloomfield, aceptó gustoso, pero debido a problemas de cansancio e insomnio solo pudo grabar cinco temas antes de caer abatido por el agotamiento físico. Urgido para terminar el disco, Kooper acudió al día siguiente a su amigo Stephen Stills para terminar el disco, quien se integraría después a Crosby, Still & Nash. Stills lo hizo en forma magnifica en los cuatro cortes restantes. Así surgió esa obra maestra del blues blanco –grabada en tan solo dos memorables noches– que es super session.

Aunque Bloomfield y Stills eran en aquella época súper estrellas del rock, el proyecto no tenía como idea lo que comercialmente se comenzaba a llamar un súper grupo, al estilo Cream o Blind Faith. La intención era más simple y modesta y, no obstante en términos objetivos, sí fue un símil de dichas agrupaciones.

Apoyados por un sólido grupo de músicos de primer orden, Barry Coldnerg en el piano y Eddie Hoh en la batería, más un anónimo aunque extraordinario ensamble de metales, en el bajo no había quien daba la talla, solo uno, y lo hizo de manera sobresaliente, Harvey Brooks, quien ya había grabado con Miles Davis los bajos de los Doors, Bob Dylan y otros grandes, resultó un virtuoso del bajo blusístico. Los tres elementos estelares terminaron produciendo un álbum que viene siendo dos, y es que los estilos de Bloomfield y Stills –quienes no se vieron las caras durante la grabación– eran tan diferentes, que la primera parte del disco resultó por completo diferente de la segunda. Mientras que Bloomfield apostaba por una guitarra de blues muy ortodoxa y limpia, Stills llevaba encima el peso de la sicodelia y de los efectos (Wa wa, distorsione, Fuzz), lo cual se puede advertir claramente. Axial, mientras Bloomfield requintea con diáfana claridad monumental, Stills “ensucia” el sonido como en la genial Season of the Witches.

En suma, Super Session es uno de esos discos que crecen con el paso del tiempo. Esta Super Session, amen del gigante que fue Mike Blomfield, según declaraciones de este mismo, no se hubiese podido realizar sin el bajo de Harvey Brooks, “El mejor bajista de blues que he escuchado. Sin él, la sesión no se hubiese podido realizar como se realizó. Es un bajista sobresaliente, que domina el jazz y el rock, pero dentro del blues, nadie le pone un pie adelante”, declaró el súper guitarrista.

Hoy día, Harvey Brooks es el más solicitado bajista en el círculo musical del mundo. Además, es productor y ha acompañado en sesiones de estudio a la mayoría de las nuevas Supesrstars dentro del mundo del rock y blues. Todos lo consideran el mejor en su instrumento (un Fender modelo Precision) que toca como nadie lo ha hecho ni nadie lo hará.