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Cultura

La Alameda de Paula

La Habana 500

Texto y fotos de Enriquito NúñezEspecial para POR ESTO!

La Alameda de Paula es un paseo frente a la bahía habanera inaugurado en 1777, cuando La Habana aún era protegida por las murallas. Fue creado por el arquitecto y coronel de ingenieros Antonio Fernández de Trebejos y Zaldívar, considerado por muchos como el primer urbanista de la ciudad, el mismo que proyectó otras obras habaneras como la Casa de Gobierno, la Plaza de Armas y el teatro Principal. La Alameda fue ideada durante el gobierno del Capitán General Felipe de Fondesviela, Marqués de la Torre, para satisfacer requerimientos urbanísticos. El lugar, que había sido tiempo atrás un inmenso basurero, conocido como el Rincón, se vio de pronto convertido en un sitio muy concurrido, transformándose en el primer paseo público de la capital. Inicialmente fue un terraplén con dos hileras de álamos y algunos bancos. Fue llamado Alameda de Paula por su cercanía con el hospital y la Iglesia de San Francisco de Paula.

A principios del siglo diecinueve se embaldosó el pavimento, se le agregaron asientos de piedras con respaldos de reja labrada, se ampliaron las estrechas escaleras de acceso y se colocaron las farolas que aún hoy iluminan las noches. Ya en 1845 se erigió una linda glorieta que caía sobre el mar y ofrecía una hermosa vista. Hacia 1847 se erigió la columna de mármol blanco esculpida en el norte de Italia, que posee en sus lados cabezas de león convertidas en surtidores de agua, y que fue dedicada a la marina española por el que fuera Capitán General de la Isla, Leopoldo O´Donell. La fuente sirvió, además de como ornamento, de aguada a los buques de guerra cercanos al puerto.

Este hermoso balcón marítimo le dio vida a la villa de San Cristóbal de La Habana. Fue el lugar favorito escogido por los habaneros para pasear y distraerse. Carentes de otros sitios de esparcimiento en aquel entonces, la Alameda se convirtió en principal espacio social de La Habana. En sus alrededores las más acaudaladas familias de la ciudad construyeron ostentosos palacios, que son hoy en día tesoros de la arquitectura habanera. En siglos posteriores, esta zona se caracterizó por tener numerosas fábricas e industrias, y con el tiempo, el primer paseo oficial de La Habana colonial sufrió cambios en sus dimensiones. En 1911, por ejemplo, la Alameda fue fragmentada por la compañía norteamericana Havana Central que controlaba la actividad portuaria, al construir sus muelles y almacenes a la orilla del mar. Con la terminación del Paseo del Prado, la preferencia de los habaneros fue cambiando hacia el nuevo lugar.

En el año 2000, gracias a la gestión restauradora de la Oficina del Historiador de la Ciudad, el bello paseo habanero se amplió hasta alcanzar la Iglesia de Paula, convertida en sala de conciertos para la música antigua. En la actualidad nuevas obras se aprecian en la avenida del puerto, nombrada también Avenida San Pedro. El muelle de San José, considerado el más antiguo del puerto habanero, luego de una cuidadosa rehabilitación, y sus almacenes se convirtieron en un nuevo y funcional mercado de artes, sitio ideal en el que los artesanos y artistas de la ciudad pueden exponer y comercializar sus obras y en el que se puede acceder a múltiples opciones recreativas. La Cervecería de los Antiguos Almacenes de Madera y Tabaco y el Paseo Marítimo, una plataforma flotante sobre la bahía, para el disfrute de los transeúntes, así como el nuevo muelle Emboque de Luz, moderna terminal para las lanchas que unen La Habana Vieja con las localidades ultramarinas de Casablanca y Regla.

En ocasión de la apertura hace diez años del Centro Cultural Antiguos Almacenes de Depósito San José, el Historiador de la Ciudad, Dr. Eusebio Leal Spengler, apuntó:

“Este es sólo el preámbulo de una obra mayor que devolverá vida y esplendor a cada uno de los edificios y rincones de la Avenida del Puerto, la privilegiada arteria capitalina que nos regala, a cada paso, irrepetibles imágenes de la bahía y las fortalezas, que escoltan una ciudad fundada hace 490 años, precisamente aquí, junto al litoral”.

De esa manera, en el entorno continúan los procesos de restauración y embellecimiento. El cercano Museo del Ron Habana Club, y el Hotel Armadores de Santander acaban por convertir a la zona circundante a La Alameda de Paula, donde una estatua del Poeta Nacional Nicolás Guillén, obra del escultor José Villa, nos da la bienvenida, en un agradable paisaje urbano y marino, un sitio privilegiado para caminar por La Habana.

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