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Cultura

Homenaje al Cronista don Romeo Frías Bobadilla en la Academia Yucatanense

Conrado Roche Reyes

Exposición “Progreso en el tiempo”

A instancias de Sedeculta asistimos a la inauguración de la exposición y conferencia “Progreso en el Tiempo”, homenaje al cronista progreseño don Romeo Frías Bobadilla que se realizó ayer por la mañana en el Centro de Apoyo a la Investigación Histórica y Literaria de Yucatán (CAIHLI), ubicado en la calle 60 x 65 donde funciona también la Academia Yucatanense de la Lengua.

Ante un auditorio lleno por estudiantes de la Escuela Normal Superior de Yucatán el evento dio inicio con los comentarios de los panelistas, no sin antes recibir la bienvenida de la directora del espacio que alberga buena parte de nuestra historia, la doctora Ena Evia Ricalde, muy apreciada amiga de años y una persona muy talentosa, quien presentó a los oficiantes, el licenciado Adolfo Góngora, de quien la maestra Ena Evia vertió elogiosos comentarios resaltando que cada vez que el señor Góngora participa en alguna conferencia o conversatorio, a lo cual jamás dice que no, –dijo– el espacio en se llena a reventar. Y es que el licenciado Góngora es un hombre ameno y una persona de bien con amplios conocimientos acerca de la historia de nuestro estado y otras partes del país, así como el doctor Miguel Vera Lima, Cronista Vitalicio de Izamal, y el señor Luís Alvarez Rendón.

El señor Vera Lima nos habló de la vida de don Romeo, una de las más fructíferas y plenas, de la que quien esto escribe tiene conocimiento, ya que hasta el último de sus días, don Romeo hizo del trabajo periodístico un apostolado, aunque además de periodista, el señor Frías Bobadilla fue piloto aviador, su otra pasión, carrera que estudió en la ciudad de Puebla.

Don Romeo nació en el más importante puerto de Yucatán en el año de 1920, hijo de don Sixto Bobadilla, quien ya ejercía el periodismo y la literatura, oficio que el jovencito Romeo siguió como tradición familiar y a los catorce años pidió a su padre le diera el espaldarazo para ser periodista. Escribió sus primeras crónicas a esa temprana edad dentro de la rama deportiva, que fructificaba apasionadamente por aquel entonces en Progreso. Cubría eventos de béisbol, fútbol, box, básquetbol y otros. Además daba cuenta de los acontecimientos culturales, políticos –de gran efervescencia por entonces– y sociales. No existió en el puerto de Progreso, desde el momento en que don Romeo tomó la cartilla y el lápiz, ningún acto de equis índole que no fuese reseñado por este destacado y enorme periodista progreseño, puerto del que se henchía con orgullo al ser su patria chica.

El doctor Vera Lima rememoró cuando conoció al homenajeado allá por los años ochenta del siglo pasado y en su entrañable casa, –misma que personalmente visité en varias ocasiones, en la calle 31 del bello puerto–, y le enseñó su biblioteca con casi cuatro mil ejemplares y numerosas cajas con recortes y reseñas periodísticas, algunas de las cuales se exhibieron en este merecido homenaje, en hojas amarillentas.

Su padre y hermano junto con él publicaban la revista porteña “El Faro” que circulaba por todo Progreso dando la nota del día.

El licenciado Góngora, con la amenidad que lo caracteriza, nos ilustró con anécdotas y sucesos referentes a don Romeo, el siempre añorado don Romeo. Por boca de él nos enteramos que don Romeo siempre insistió en que el malecón de Progreso debería de alargarse más y señalaba el poniente como la parte indicada. Hace poco tiempo su iniciativa se ha cumplido y no sólo eso, además de la prolongación del malecón hacia donde propuso, se denominó a partir de entonces al malecón de Progreso con su nombre. “Malecón Romeo Frías”.

El lic. Góngora destacó también el sentido agudo del humor de

don Romeo, quien fue en vida el decano del periodismo, Cronista Vitalicio de Progreso que a su avanzada edad siempre estuvo entero y lúcido. Platicar con él era una delicia.

Fue corresponsal en varios periódicos locales y nacionales dedicando los últimos treinta años de su vida a nuestro periódico POR ESTO!

Cuando el fusilamiento de Felipe Carrillo Puerto y varios de sus seguidores supo de las maldades y traiciones de la vida, aunque él siempre fue un hombre rebosante de optimismo, no cerraba los ojos a las sórdidas realidades humanas. Como periodista cubrió, con riesgo de su vida los huracanes terroríficos que han azotado el puerto. Don Romeo es el hombre más galardonado que usted pueda imaginar: la Medalla Yucatán, entre otras muchas condecoraciones a su prolífica carrera.

Escribió más de veinte libros, monografías y acerca de tipos pintorescos de Progreso. El decía que un periodista debería escribir materialmente de todo, desde los momentos más álgidos de la política hasta las pasarelas de moda. La fórmula que yo considero mantuvo hasta la provecta edad a la que don Romeo llegó es muy simple: ser feliz. Y decía que “voy a morir haciendo lo que se hacer: Escribir”.

Bonitas y aleccionadoras historias y anécdotas premiadas con sonoras ovaciones por los chavos.

Ahora bien, reseñar lo del Maestro Alvarez Rendón, es tanta y amena, así como magistral su información, que no encuentro otra palabra para describirla como ¡sublime¡.

Felicitamos cordialmente a la doctora Evia Ricalde por esta fantástica propuesta.

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