Pedro de la Hoz
Este 27 de marzo, Día Mundial del Teatro, las puertas de las salas de representación permanecieron cerradas, salvo contadísimas excepciones, a lo largo y ancho del planeta. No podía ser de otra manera; la expansión global de la pandemia de Covid-19, que en vísperas de la jornada consagrada a las artes escénicas sumaba más de 462,000 enfermos y cerca de 21,000 muertes, obligó a clausurar la programación de espectáculos.
La medida, adoptada por la inmensa mayoría de los países, no impidió la celebración. De un modo u otro, el gremio y los aficionados recibieron el tradicional mensaje, encomendado por el Instituto Internacional del Teatro (ITI) al dramaturgo, director y activista por los derechos humanos, Shahid Mahmood Nadeem, una de las más prominentes figuras de la cultura paquistaní.
Fue un mensaje de aliento nacido de la experiencia social y el credo en el teatro como ente que transforma: “El teatro tiene un papel, un papel noble; debe dinamizar y hacer avanzar a la humanidad, ayudarla a levantarse antes de que caiga en un abismo. El teatro puede convertir el escenario en un templo, el espacio de acción, en algo sagrado. En el sur de Asia, los artistas tocan con reverencia el piso del escenario antes de pisarlo, una antigua tradición en la que lo espiritual y lo cultural están entrelazados. Es hora de recuperar esa relación simbiótica entre el artista y el público, el pasado y el futuro. Hacer teatro puede ser un acto sagrado y los actores pueden convertirse en los avatares de los papeles que desempeñan”, proclamó Nadeem.
El ITI suele repartir geográficamente el encargo de los mensajes. La designación de Nadeem hizo honor a una destacada y trayectoria profesional, en un país donde tradición y modernidad fecundan la escena popular.
De acuerdo con la prensa paquistaní, Nadeem ha escrito obras altamente apreciadas por el público, como Teesri Dastak, Barri, Aik Thi Nani, Kala Meda Bhes, Dukhini, Bulha y Burqavaganza, representadas entre 1985 y 2008. Esa misma fuente coincide en señalar como su éxito mayor Kaun Hai Yeh Gustakh, estrenada en 2012 y basada en la controvertida personalidad de Saadat Hassan Manto, considerado el renovador de la narrativa del siglo XX por su estilo transgresor, a más de vivir una existencia en las antípodas del canon religioso predominante en Paquistán. A Nadeem, también le atribuyen el impulso al proyecto teatral Ajorka, organización artística sin fines de lucro con sede en Lahore, Punjab, con enfoque en la producción y realización de producciones escénicas sociales, fundada en 1984 por la directora, actriz y dramaturga Madeeha Gauhar, cuando más tensiones se avizoraban durante el estado de emergencia bajo el régimen del general Muhammad Zia-ul-Haq.
El silencio de los circuitos internacionales emblemáticos había comenzado semanas atrás, al explotar en diversas latitudes el Covid 19. Broadway enmudeció, a partir de la segunda semana de marzo, en medio de una Nueva York estremecida por la ola de contagios.
“Nuestra principal prioridad ha sido y seguirá siendo la salud y el bienestar de los asistentes al teatro de Broadway y las miles de personas que trabajan en la industria del teatro todos los días, incluidos actores, músicos, escenografías, ujieres y muchos otros profesionales dedicados”, dijo en su momento Charlotte St. Martin, presidenta de la Liga de Broadway. También expresó: “Broadway tiene el poder de inspirar, enriquecer y entretener, y juntos estamos comprometidos a hacer realidad ese espíritu vital. Una vez que nuestros escenarios se iluminen nuevamente, daremos la bienvenida a los aficionados con los brazos abiertos para que puedan continuar experimentando la alegría, el corazón y la buena voluntad que nuestros espectáculos expresan con tanta pasión todas las noches”.
La medida afectó tanto a los espectáculos que contabilizaban largas estadías sobre las tablas como a nuevas producciones, entre éstas Six: el musical, acerca de las seis ex esposas de Enrique VIII, cuyo estreno estaba programado para el mes en curso.
Como compensación hubo iniciativas que favorecieron la difusión del mensaje del ITI por las redes, la grabación de videos domésticos con piezas de obras musicales y la transmisión de clases magistrales en plataformas digitales.
En México llamó la atención la selección de un fragmento de Monólogos de la vagina, por parte de las actrices Lorena de la Garza, Irasema Terrazas y Pamela Cerdeira, para su emisión por la cuenta de Facebook abierta por la promotora Mejor Teatro. Apenas pudierOn sacar cinco minutos para no violar las condiciones dictadas por el derecho de autor, pero lograron una significativa conexión con la ciberaudiencia.
Hasta en el lejano Kazajastán, el Día Mundial del Teatro halló una forma virtual de expresarse. Este viernes, la Opera Nacional de Astaná transmitió gratuitamente su celebrada versión de Turandot, de Puccini.
En mi caso, me decidí por acceder a la plataforma española Pantalla Pentación, donde disfruté la filmación de la puesta en escena de una versión libre de El eunuco, de Terencio, disponible gracias a la colaboración desinteresada de los dramaturgos, actores, directores, diseñadores y productores que participaron en el montaje, originalmente concebido para el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, España.
Al principio de la obra, los implicados dieron a conocer la siguiente proclama: “Cuando todo vuelva a la normalidad, volveremos a los teatros y a llenar nuestros pueblos y ciudades de cultura”. Eso lo pueden suscribir quienes sostienen las palabras dichas por el legendario Jean Cocteau, en el primer mensaje por el 27 de marzo difundido en 1962: “El genio en el arte y en el teatro consiste en saber hasta dónde podemos caminar demasiado lejos”.