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Redención desde la lona

Juan Diego Casanova Medina

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El dios Baco lo tumbó varias veces y se levantó de la lona hasta conseguir su propósito: el “nocaut” efectivo al alcoholismo y gracias a ello, ha logrado una transformación en su vida el ex boxeador Francisco “Rocky” Robinson, quien ahora se dedica a entrenar jóvenes que sueñan con ser figuras de este rudo deporte, porque sabe que la disciplina, la dedicación y perseverancia son claves para el éxito que pretenden alcanzar.

No ha vuelto a caer en las garras del alcoholismo y lleva defendiendo su “corona” de sobriedad 3 decenios.

Dejó la vida licenciosa, de dispendio, en su época de boxeador, rodeado de sus “amigos” y ahora tiene otras metas que se ha propuesto. Sueña con el éxito que nunca obtuvo como pugilista pero ahora lo quiere lograr en una nueva faceta: como entrenador.

Su misión es enseñarle a los pupilos que asisten al gimnasio ubicado en la calle 22 número 130-A x 25 y 27 de la colonia Cuauhtémoc, Kanasín, no sólo los secretos del arte de fistiana sino lo peligroso y dañino que resulta para la salud de los boxeadores ser víctimas del alcoholismo.

“Quiero empezar a hacer lo que quiero, triunfar en algo que no pude hacer, algo que en realidad me llevó a la derrota, el dios Baco, no como boxeador sino entrenador”, afirmó, el ex pugilista que realizó la mayor parte de su carrera en esta capital y en el Sureste del país.

En su caso, confía, en que se puede repetir la leyenda de “Rocky”, historia que se realizó y que presenta un contenido con la realidad que puede compararse con la “verdad de ´Rocky´ Robinson”, a través de sus pupilos, Kevin, George o Erick.

A lo largo de su carrera de 13 años en el boxeo rentado, “Rocky” Robinson disputó 30 peleas de las cuales ganó 20 y perdió 10. En su récord, además de los datos estadísticos se incluyen historias increíbles.

Una de ellas, entre los combates más vistosos, emotivos, mencionó el que sostuvo contra José Duarte, el campeón nacional que defendería su cinturón ante el retador de nombre José (no recordó su apellido) en la pelea estelar que se efectuó en Acapulco, en 1985.

Para que no se cayera la pelea por el título nacional, debido a que el retador no pudo combatir, comentó, se comunicaron con él vía telefónica ofreciéndole una pelea importante y le preguntaron si estaba entrenando.

Su respuesta fue afirmativa, aseguró, aunque en realidad no lo había hecho. “Yo no había entrenado, son historias increíbles que a mí me pasaron, no había entrenado nada, yo era un suicida, yo no le tenía miedo a nada”, confirmó.

Ese temor a la incertidumbre se convirtió en una aventura, consignó, lo cobijó el ejemplo de su madre, que estando embarazada de “Rocky” Robinson se pasó a ahogar en el huracán “Inés”, no tuvo miedo y se salvaron ambos.

En esa pelea, en la que no estaba en juego el título nacional, sirvió de marco para la inauguración de un pabellón del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) que llevó el nombre del titular del organismo, José Sulaiman Chagnón y el “flan” que le llevaron a José Duarte se le indigestó al monarca que terminó noqueado, en una hazaña de “Rocky” Robinson en Acapulco.

Posee un estilo similar al del campeón mundial súper pluma del CMB, Miguel “Alacrán” Berchelt, quien desde el primer campanillazo sale bravo, sin realizar el llamado raund de estudio.

Entrenó a Berchelt en el gimnasio San Francisco de Asís, destacó, y el apoderado del campeón mundial, Mario Abraham Xacur, que era su amigo, ahora no lo conoce, relación que contrastó con la que tuvo con su padre, Don William Abraham Dáguer (qepd), quien le decía: “¿ya comiste? y al responderle que no le daba para sus alimentos y le comentaba que cuando acuda a entrenar por las tardes, ya estaban listos sus “guantecitos”, los que tenían un costo pero les daba facilidades para pagarlos.

“Una belleza de señor, varias veces me echó la mano, éramos chamacos, pero ya grandes cambian las personas”, afirmó.

Reiteró que entrenó a Berchelt y le pidió que le diera la oportunidad de pertenecer a su equipo, pero el destino le tenía reservado a “Rocky” Robinson una sorpresa que quizá influyó en su solicitud para ser tomado en cuenta.

Resulta que el “Alacrán” lo invitó a una de sus peleas en la Inalámbrica y ese día cayó un aguacero y pese a ese contratiempo asistió pero llegó al lugar equivocado, a un local ubicado en la calle 59 donde también se realizaban funciones de box. “Ni modos, ya es historia, algún día se acordará de mí”, reflexionó.

Francisco “Rocky” Robinson tiene a su cargo, en un modesto gimnasio, sin aparatos ostentosos, incluso algunos requieren reparación, a cuatro boxeadores, entre ellos, una jovencita de 14 años que cuenta con la autorización de sus padres para entrenar.

Erick Benjamín Quintal Quintal, Jorge Israel Ramírez Puc, Cinthya Guadalupe Torres Cab y Kevin Vázquez, son los que entrenan con “Rocky” Robinson, junto con Angela Elizabeth Canché Torres, quien supervisa las rutinas de acondicionamiento físico de los pugilistas.

Los jóvenes interesados en practicar este deporte pueden acudir a la dirección arriba señalada o comunicarse al celular 9997-46-96-77 para recibir la información conducente.

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