Gabriel Zapata Bello
En mayo de 1922 la noticia por el rumbo de San Cosme no era solamente que el lago con que contaba la colonia se estaba secando1, sino también que el club de cazadores planeaba habilitar un terreno en la Av. Colón para celebrar sus competencias. Si bien había las competencias de tiro militar, el tiro deportivo inició en el sureste mexicano y en el Caribe como una actividad refleja de las costumbres norteamericanas que contaban con la Asociación Nacional de Rifles de América, fundadora posteriormente de la Unión Internacional de Federaciones de Tiro surgida en 1907.2
La Sociedad de Cazadores de Yucatán era un exclusivo club que, con el patrocinio de la Armería Bas y Sánchez Antuniano S. en C., así como de las casas comerciales de los Sres. Arturo Millet, Fernando Heredia y José Juanes, realizaba sus fiestas deportivas, las cuales consistían en las siguientes modalidades : Tiro de Pistola a diferentes distancias; Trapshooting (tiro al platillo) a 25 tiros de 16 yardas; Trapshooting a 5 tiros a doble platillo; Tiro de rifle calibre 22 para señoras y señoritas.3 Este deporte era considerado “exclusivista”, dado que solamente la clase pudiente podía participar en dichas competencias, ya que los rifles, pistolas y revólveres que se utilizaban eran generalmente importados de Norteamérica, además que las municiones, platillos, palomas y blancos que se utilizaban los compraba el propio tirador con sus recursos.
También se introdujo en dichas competencias el Tiro de Pichón, que por primera vez se realizó en Mérida en enero de 19224. Cabe hacer notar que en esta modalidad se utilizaban palomas domésticas en lugar de pichones, los cuales son aves exóticas propias de otras regiones del país y de América del Norte, un poco más grisáceas y ligeras que las palomas domésticas locales. En un contexto actual, como la paloma y el pichón, no son considerados especies en riesgo; según las autoridades medioambientales, México es uno de los pocos países que permiten aún el tiro de pichón como actividad deportiva, ya que en la mayoría de los países ha sido proscrita por cuestiones de maltrato animal.
Los tiradores más destacados en los inicios del tiro deportivo en el medio local fueron Agustín Sánchez Antuniano, campeón de “trapshooting” con Arturo Millet, Pedro Miranda y Leobardo Magaña, así como los Sres. Raymundo y Enrique Cámara Peón y Félix Bas en tiro de pistola; en tiro con rifle, los Sres. Manuel Cirerol, Armando Tello y Benito Ruz, entre otros.
Para la década de los años treinta, la Policía del Estado ya contaba con un stand de tiro más amplio, lo cual hizo que el tiro deportivo se convirtiera en una actividad ya no sólo exclusiva de las élites meridanas, sino de otros sectores sociales. Así surgió, entonces, el Club de Tiradores y Cinegético de Yucatán, el cual se ubicaba en la calle 68 Núm. 455 en Mérida, al cual pertenecieron tiradores destacados como Efraín Alcocer Aguilar, quien estableció en 1936 el récord estatal en el tiro de pichón con 45 animales muertos en 50 disparos, así como también fue campeón de tiro de pistola; Ramón Massó Fontboté, quien fue campeón de tiro de pichón de 1938 a 1941; igualmente destacó una joven meridana, Guillermina Cantú de Alcocer, quien ganó el campeonato del Estado de tiro de rifle calibre 22 y de tiro de globos libres .5
En la pasada Olimpiada Nacional 2019, Yucatán obtuvo sendas medallas de oro en tiro con pistola por equipos y de plata en la modalidad individual, lo cual habla de la preservación de la tradición local de varias décadas, en una actividad deportiva que contribuye a fortalecer la voluntad y la concentración mental cuando se utiliza recreativamente.
1 La Revista de Yucatán, 21 de mayo de 1922, p.4.2 Alemàn, Marìa, La Historia del Tiro Deportivo en Cuba, Edit. Cientìfico-Tècnica, La Habana, 1990,p.11.3 La Revista de Yucatán, 9 de enero de 1923, p. 3.4 La Revista de Yucatán, 11 de enero de 1922, p. 5.5 Quien es quien en los deportes, Talleres Gráficos de la Nación, Mèxico, 1944,pp. 6, 36 y 148.