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La temporada taurina 2018-2019: claroscuros de empresa y autoridades

Jorge Canto Alcocer

La empresa TOROS YUCATAN, tras haber pisado con mucha fuerza en 2017-2018, cuando en la “Mérida” se corrieron los toros más grandes y serios de todo el país, algo que llamó la atención incluso allende los mares, tuvo en la temporada que recién terminó una actuación ambigua, lo que trajo de nuevo dudas y amargura a la afición yucateca, una afición dura, conocedora, exigente y sensible, que ha decantado mayoritariamente su gusto por el toro-toro, el animal de cuajo y poder, con preferencia sobre las figuritas de oropel y los torillos de cartón. Las dudas, desafortunadamente, se han extendido hasta las autoridades taurinas, las que, después de ser consideradas de una honestidad irreductible y ser orgullo para todos los taurinos locales, durante esta temporada NO han actuado con la transparencia y la efectividad que habían demostrado con anterioridad. Para nosotros, que por cierto durante esta temporada cumplimos nuestros primeros 25 años a cargo de la crónica taurina de nuestro Por Esto!, esos son los datos esenciales al término del ciclo taurino conocido como del 90 aniversario del Coso de la Reforma.

En lo artístico vimos de todo, desde la rotunda consolidación de Luis David Adame hasta las desafortunadas, muy desafortunadas actuaciones de los españoles Juan José Padilla y Antonio Ferrara, quienes se desdibujaron feamente ante ejemplares de compromiso. Vimos también la fugacidad del triunfo, en el caso del novillero yucateco Roberto Gómez, quien tras cobrar una estupenda estocada a un elefante de Llaguno en la corrida de Año Nuevo, ya no pudo ratificar su éxito, y volvió, lamentablemente, a la modestia en la que se encontraba. También vimos, como en ninguna temporada previa, la presencia de la tragedia, que se llevó al hule a los matadores Gerardo Rivera, Ángel Lizama y “El Payo”, afortunadamente en ningún caso con consecuencias de gravedad. En cuanto a la respuesta popular, fue generalmente bastante nutrida, destacando los llenos de la inauguración, de Año Nuevo y del aniversario.

El punto fundamental de la Fiesta es el Toro, y ahí es donde se centraron las dudas, los claroscuros pues. Hubo incluso una corrida cancelada, la de Quiriceo, que debió darse en noviembre, en una coyuntura en la que la empresa perdió la compostura y atacó de manera grosera e injustificada a nuestras autoridades, que recibieron el respaldo mayoritario de la afición y de la prensa seria. Luego vimos corridones, como el de Año Nuevo, pero también la presencia COMPROBADA EN EXAMEN POST MORTEM, de novillos adelantados, tres de ellos en la corrida de aniversario. No sorprende que el caso se haya presentado en torno a la presentación de Enrique Ponce. Este fino diestro, que torea con gran elegancia y estética, ES CONOCIDO POR SER UN DEFRAUDADOR y siempre que puede lidia toros sin edad, sin trapío y sin cuernos. En la “Mérida” las cosas se maquillaron con cierta efectividad, ya que los animales sí parecían toros, pero, como señalamos, el dictamen veterinario confirmó que al menos la mitad del lote no tenía los cuatro años que marca el mínimo reglamentario.

No sorprende el nombre de Ponce en un timo, pero SÍ nos llama la atención que la empresa yucateca, que se había caracterizado por su seriedad y rigor en cuanto a la presentación del ganado, se haya prestado a las maniobras del español, y mucho más nos llama la atención que las autoridades taurinas NO hayan actuado con transparencia y prontitud en este caso. Han pasado ya diez semanas después del FRAUDE COMPROBADO y el procedimiento de sanción aún está entre los escritorios de los funcionarios municipales y los ganaderos, SIN QUE SE HAYA INFORMADO OPORTUNAMENTE al público taurino, que es el directamente afectado por la ilegalidad.

Es cierto que el Juez Ulises Zapata emitió su informe a la regiduría del ramo del Ayuntamiento de nuestra ciudad, y, en corto y a petición de parte, nos hizo llegar la información, pero también es cierto que, como ha ocurrido en otras ocasiones, se hace preciso y necesario, imprescindible inclusive, hacer todo el proceso del conocimiento público, como hacemos ahora, pese a no haberse desahogado todas las acciones. El Juez Zapata, la Comisión Taurina y la regiduría del Ayuntamiento NO están actuando ni con la transparencia ni con la diligencia que se requiere, y ello nos deja este amargo sabor a la hora de hacer este balance. Conviene señalar, en cambio, la actitud honesta, radicalmente honesta y comprometida, del Dr. César Briceño, Juez de callejón de nuestro Coso, siempre presto a defender los intereses de la Fiesta y de la afición.

Reconocemos, pues, la trayectoria positiva para la Fiesta tanto de la empresa TOROS YUCATÁN, como de nuestras autoridades taurinas, pero precisamente por ello, por el orgullo que nos provoca dicha trayectoria, y, sobre todo, por el amor que le tenemos a la más bella de todas las Fiestas, señalamos los ERRORES en que se está incurriendo al NO denunciar y sancionar de manera oportuna el FRAUDE. Exhortamos, finalmente, a estos dos importantísimos actores de la tauromaquia yucateca a enmendar los ERRORES y actuar, a la brevedad, en consecuencia. Estamos en momentos graves, cuando la embestida de los prohibicionistas es cada día más fuerte, y necesitamos unidad, pero unidad en torno al ARTE y en torno al TORO. ¡Qué así sea!

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