
El AC Milan consumó una temporada para el olvido tras caer 1-0 ante el Bologna en la final de la Coppa Italia disputada en el Estadio Olímpico de Roma. El delantero mexicano Santiago Giménez inició el encuentro en el banquillo y solo disputó los últimos 28 minutos del partido, sin poder contribuir a cambiar el resultado adverso para su equipo.
Un solitario gol del extremo suizo Dan Ndoye al minuto 53 fue suficiente para que el conjunto rojiazul se coronara campeón del torneo después de 51 años de sequía, obteniendo así su tercer título en la historia de esta competición. Mientras tanto, los rossoneri extendieron su racha sin conquistar este trofeo a 22 años, desde su última victoria en 2003 cuando derrotaron a la Roma en una final que se disputó a doble partido.
OTRA FINAL PERDIDA PARA GIMÉNEZ
Para el atacante mexicano, esta derrota representa la tercera final perdida en su carrera a nivel de clubes. Anteriormente, Giménez había sido subcampeón con Cruz Azul en la Campeones Cup y con el Feyenoord en la Supercopa de Países Bajos, sumando ahora un nuevo revés en su palmarés.
El "Bebote", como es conocido, ingresó al campo al minuto 62 buscando el empate para su equipo, pero a pesar de sus esfuerzos no logró generar peligro suficiente en el área rival.
La derrota tiene consecuencias deportivas importantes para el club lombardo, que ve complicadas sus opciones de participar en competiciones europeas la próxima temporada. Al perder la final, el Milan desaprovechó la oportunidad de clasificar directamente a la Europa League 2025-2026, premio que ahora corresponde al Bologna como campeón de la Coppa.
Los rossoneri ahora dependen de terminar en la sexta posición de la Serie A para acceder a la Conference League. Para lograrlo, deben:
- Ganar sus dos partidos restantes (contra Roma y Monza)
- Esperar que La Loba, Lazio y Bologna no sumen puntos en sus respectivos encuentros
Si el Bologna asegura el sexto puesto, la plaza europea se recorrería, lo que podría beneficiar al Milan si logra ubicarse en una posición favorable.