
Desde que en 2005 la Federación Mexicana de Baloncesto fue desconocida se derivó una serie de conflictos que parece no tener fin.
Mientras el máximo órgano rector de este deporte sigue en disputa en tribunales, la FIBA como la CONADE sólo reconocen a la Asociación Deportiva Mexicana de Baloncesto (Ademeba).
A pesar del ir y venir de los problemas, los mismos directivos siguen dentro del deporte, cambian de apariencia, de bandera, pues no quieren dejar a su “gallina de los huevos de oro”.
El fin de semana se realizó la Copa Formativa, un evento más parecido a una cáscara, pero vendida como el de mejor calidad, lo que llevó a que equipos de Chiapas, Tabasco, Quintana Roo y Campeche bajaran a jugarlo.
En esta ocasión, por primera vez, no sólo estuve como reportero sino también como papá y me pude dar cuenta de muchas cosas que la familia sacrifica para que sus hijos puedan jugar. No hay nada más lucrativo que organizar un torneo, esto en sí mismo no tiene nada de malo, al final es un negocio, lo malo es hacerlo con lo mínimo de calidad.
El evento evidenció el mal estado de las cachas de basquetbol del Complejo Deportivo “Kukulcán”, arillos viejos y torcidos, las duelas dañadas y las lámparas defectuosas que no iluminan.
Es triste alzar la vista y cerciorarse que al lado de esta área hay campos de futbol espectaculares, con canchas sintéticas e iluminación led, recordando que hace menos de dos años era una zona semiabandonada.
La administración pasada se preocupó en un deporte -el balompié- y le invirtió mucho dinero en instalaciones, en dotaciones de uniformes a las selecciones, viajes en avión a los nacionales, entrenadores capacitados y lugares para entrenar de buena calidad.
Mientras el básquet fue ignorado so solamente en la unidad de la serpiente emplumada, pues también visitamos otras canchas de colonia, como el de la Serapio Rendón, donde los tableros son más viejos que los cerros.
Ni qué decir del arbitraje, pieza fundamental para cualquier deporte, pero que acá son olvidadas en este y en todos los torneos de liga que existe en el Estado. El sueldo de un silbante de baloncesto ronda los 150 pesos a lo mucho y 100 para la mesa, para que les resulte tienen que pitar tres o cuatro partidos por día, así que más les vale correr mucho en los partidos para no cansarse.
Pitan a distancia, la velocidad con que se juega este deporte, en especial en las categorías juveniles, exhibe su falta de condición física. No aplican los procedimientos básicos del arbitraje, ni siquiera los simples como la rotación durante los partidos. Desde hace muchos años no hay un Cuerpo de Árbitros que vele por su mejora ni exigencia para que lo hagan, y la Asociación rectora y la que quiere regresar al poder no trae cursos para ellos.
Los organizadores de eventos están más preocupados en ganar dinero que en mejorar la calidad de su servicio, tomemos como ejemplo de nueva cuenta un torneo como la Copa Formativa, la cual contó con la participación de 145 equipos, a los que le cobraron cuatro mil pesos por inscripción a cada uno.
Además, se cobró 350 pesos por equipo de arbitraje y hubo más de 220 partidos, eche números en gastos y ganancias para que se sorprenda.
Las quejas fueron muchas, la más recurrente fue el arbitraje, no solo por la calidad, sino que se improvisó por falta de silbantes y se puso a gente del público en la mesa y algunos partidos fueron con un solo nazareno en cancha, pero eso sí cobraron completito.
Igual a nivel organizativo se dieron múltiples retrasos en los partidos, se mandó a niños pequeños a jugar a canchas sin techo en pleno sol sin importarles su integridad física; los roles jamás salieron a tiempo y lo peor de todo, no se jugaron finales.
Debido a la fuerte lluvia que se dejó sentir el domingo el cual impidió que se jugara los partidos de cuartos de final, los organizadores, sin consultarle a los entrenadores, decidieron dar por terminado el campeonato.
Para decidir las posiciones se fueron supuestamente a las estadísticas, pero equipos que terminaron invictos la fase de grupo terminaron por debajo de conjuntos que perdieron algún duelo, así que jamás quedó claro cómo se definieron las y los ganadores del certamen.
Por el bien de este hermoso deporte y en especial de los jugadores, esperemos que este evento sea punto de inflexión y que autoridades intervengan para evitar darle sus instalaciones a gente que piensa más en el dinero que en el crecimiento del baloncesto. Que las canchas reciban mejoras. sería hermoso verlas bien iluminadas, en buenas condiciones y llenas de niños que crezcan deportivamente y como ciudadanos.