
El mundo del futbol alemán atraviesa un momento de profundo dolor tras confirmarse el fallecimiento de Frank Mill, una de las figuras emblemáticas del título mundial conquistado en Italia 1990. El exdelantero perdió la vida a los 67 años después de no lograr superar las secuelas de un derrame cerebral que sufrió durante una estancia en Italia el pasado mayo.
Una carrera marcada por el éxito
Mill construyó una trayectoria brillante que lo posicionó como uno de los atacantes más respetados de su generación. Su aventura profesional comenzó en 1981 precisamente en el Essen, su ciudad de origen, donde forjó sus primeras armas como delantero.
El talentoso atacante posteriormente vistió la camiseta del Borussia Mönchengladbach durante cinco temporadas, antes de convertirse en una pieza fundamental del Borussia Dortmund por ocho años consecutivos. Con el conjunto amarillo y negro, Mill saboreó la gloria al conquistar la Copa Alemana en 1989, uno de los momentos más memorables de su carrera.
Sus números en la Bundesliga reflejan su calidad excepcional: 123 goles en 387 partidos, estadísticas que lo colocan entre los goleadores más prolíficos de la liga alemana. Además, el atacante cerró su carrera con una breve pero significativa etapa en el Fortuna Düsseldorf.
A nivel internacional, Mill defendió los colores de la República Federal Alemana en 17 ocasiones, ganándose un lugar en el selecto grupo de futbolistas convocados por Franz Beckenbauer para la Copa del Mundo de Italia 1990. Aunque no disputó minutos en el torneo, su presencia en la plantilla lo convirtió en campeón mundial.
Previamente, el delantero había demostrado su talento a nivel olímpico al obtener la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988, consolidando su estatus como uno de los futbolistas más completos de su época.
El Rot-Weiss Essen rindió un emotivo homenaje a quien consideran "una leyenda" y "un embajador del fútbol" a nivel nacional. Mill se suma así a la dolorosa lista de integrantes del equipo mundialista de 1990 que han fallecido, siendo el segundo después de Andreas Brehme, el héroe que anotó el gol decisivo en la final contra Argentina.
La partida de Frank Mill representa una pérdida irreparable para el fútbol alemán, que despide a uno de sus exponentes más queridos y respetados.