
El joven Víctor Medina Avendaño nació en una cuna hecha de arillos, redes y balones de basquetbol. Después de 16 años, a base de esfuerzo y dedicación fue llamado a la preselección nacional Sub17 para convertirse en el único yucateco en ser invitado a probar suerte en el conjunto mexicano
Su papá es Víctor Kisho Medina Hernández, uno de los más importantes entrenadores del Estado, además fue un destacado jugador que militó con las Panteras de Aguascalientes en el extinto Circuito Mexicano de Basquetbol (Cimeba).
Su madre, Patricia Avendaño Cicler, es la actual entrenadora, pero en su momento fue una buena jugadora que participó en Universiadas con la UADY y militó en circuitos profesionales.
“Comencé a jugar muy pequeño y la verdad es que en esa etapa de mi vida no me gustaba el baloncesto, detestaba practicarlo porque estaba muy bajito y no sabía ni cómo botar un balón”, dijo el joven al POR ESTO!
Actualmente, mide un metro con 87 centímetros y a pesar de ser considerado un poste natural en nuestro Estado, a nivel nacional su talla no le alcanza para esa posición, por lo que en el campamento de entrenamiento de la preselección tuvo que adaptarse a jugar de ala.
“Me sentí cómodo como ala, la verdad es que no me gusta estar en el poste parado nada más, prefiero estar por fuera y presionar, considero que tengo un buen bote y tiro de media, además de mi buen juego de pies”.
A su corta edad este año se estrenó en la Liga del Tecnológico de Primera Fuerza con el Club Felinos, equipo de sus padres, donde pudo medirse ante los mejores jugadores del Estado y comenzar a foguearse a otro nivel.
“Los primeros juegos en el Tec fueron contra los más duros de la Liga y sí me sentí un poco nervioso, pero intenté meter buenas canastas, defender con todo, al principio me marcaban muchas faltas, pero poco a poco me adapté a jugar fuerte”.
El jugador ahora tendrá que esperar si es llamado de nueva cuenta con el equipo azteca, aunque siente que dejó una buena impresión ante los entrenadores en Ciudad Juárez, en el segundo corte de tres que se tendrá.
“En Yucatán sí hay muchos chavos con talento, pero les falta un mejor nivel en su preparación, en los duelos parecen más una cáscara que un partido, desgraciadamente no se enseña como debería”.
El estudiante que en septiembre ingresará a tercero de preparatoria ha recibido invitación de la Universidad Maristas de Mérida para jugar, en su oportunidad, la licenciatura, pero espera que le lleguen más oportunidades.
“Me gustaría poder estudiar fuera de Mérida, la verdad me encanta mucho Monterrey o Querétaro, mi ideal sería estudiar en algunos de los dos lados, de preferencia en una institución que juegue en la Primera División de la ABE”.