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Érica Rivas, símbolo de la lucha feminista en Argentina

Érica Rivas sostiene que el feminismo la acompaña desde la cuna. Combativa, la actriz argentina lidia incansable una lucha fuera y dentro de la gran pantalla, una industria donde promueve el apoyo entre mujeres para forzar un cambio.

La protagonista del “thriller” El prófugo, en liza por el Oso de Oro en la Berlinale, confesó su “predisposición” a aceptar un guion si proviene de una mujer, como es el caso de este segundo filme de su compatriota Natalia Meta.

“No me llegan muchos guiones de mujeres lamentablemente y sé lo difícil que es para nosotras llegar a estos ámbitos”, afirmó Rivas, de 45 años, cuyo papel como mujer que se rebela contra una relación indeseada y rompe los códigos en esta película le vino como anillo al dedo.

Pero la intérprete de Relatos salvajes (nominada al Oscar) es además una asidua participante de las marchas feministas de Argentina, que estallaron incluso antes del movimiento mundial del #MeToo.

Así, es una de las figuras promotoras del “#Niunamenos”, que surgió en 2015 como un movimiento de movilización contra los feminicidios.

 

Abuelas “oprimidas”

 

Ella tuvo una progenitora que estudió y a la vez crió “extenuada” a sus cuatro hijos y le repetía a ella que “no tenía que depender de un hombre”. “Me decía hazlo tú, maneja un auto apenas puedas”, explicó.

El recuerdo de sus abuelas “oprimidas” también reforzó ese espíritu, así como la “sensación de no saber cómo encajar en este mundo que sentimos las mujeres y que yo tengo desde que nací”.

¿Y su padre? “Él el feminismo lo vio pasar”, dijo entre risas. “También es muy difícil renunciar a los privilegios de los hombres”, concedió.

Rivas es a su vez madre de Miranda, de 19 años, que tuvo con el actor Rodrigo de la Serna, de quien se separó hace años. Con ella rodó la película Bruja.

Otros trabajos recientes incluyen El presidente, con Ricardo Darín y seleccionada en Cannes, y Sonámbulos, ganadora del Festival de La Habana en diciembre pasado y por la que ella fue premiada como mejor actriz.

 

El humor por delante

 

“Si Rivas tiene una marca como intérprete, esa es el humor”, afirmó.

“Cuando empecé a actuar, era la dictadura. La gente estaba triste y empecé a hacerme la chistosa. ¡Me dio resultado!”, dijo, admitiendo que le gustaría rodar una “comedia disparatada” porque siente que “ahora la gente también se quiere reír”.

“La risa es un momento importante para meter un concepto hondo”, afirmó.

También en El prófugo, marcada por la tensión psicológica y el chirrido de los sonidos inquietantes que acosan a su personaje Inés, Rivas protagoniza escenas cómicas, especialmente con su insufrible novio Leopoldo (Daniel Hendler).

Su rol de protagonista hace de la argentina una aspirante al Oso de Plata a la mejor actriz en la Berlinale, cuyo palmarés se revelará el 29 de febrero.

Tras su paso por el festival de cine, le espera una obra de teatro en Argentina y una película sobre “un monstruo fantástico”. BERLÍN, Alemania (AFP)

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