Entretenimiento / Virales

Los resultados de las investigaciones: cómo elaborarlos

Marta Núñez Sarmiento*

Metodología de los “por qué”

XXXIII

Dedicaré los siguientes artículos al momento cumbre de todo estudio de las ciencias sociales: la organización de las informaciones que recogimos gracias a los procedimientos metodológicos, su interpretación y la redacción del informe final. Dicho en otras palabras, ¿cómo demuestro que llegué a los resultados sobre los temas que investigué? La escritura de estas ideas puede asumir diferentes formas: las tesis de maestría y doctorado; los trabajos de diploma para culminar una licenciatura; una ponencia en un evento científico; un artículo en una revista de ciencias sociales; los contenidos de las clases en asignaturas vinculadas a las investigaciones y, ante todo, los informes de los estudios que entregamos a quienes toman decisiones sobre los problemas que intentamos desenredar, más las sugerencias que hacemos para contribuir a solucionarlos.

Me gusta usar la palabra desenredar porque eso es lo que hacemos los científicos sociales cuando nos enfrentamos a lo “concreto representado” para llegar a los “concreto pensado”, esos términos de Carlos Marx que mencioné en mis primeros artículos. Me inspiro en la pintura de la Virgen que desata los nudos o Nuestra Señora de Knotenlöserin, cuya imagen se venera e la iglesia de Saint Peter am Perlach, en la ciudad alemana de Ausburgo. Su autor es desconocido y se estima la creó alrededor de los 1700. En ella aparece la Virgen María ayudada por dos ángeles que le auxilian en su labor de desatar una madeja de hilos llena de nudos. Hay muchas interpretaciones del “significado” de este “significante”: que si vence al espíritu de la desobediencia, de la inconstancia y de la inconsistencia; que si desata los nudos del pecado original que cometió Eva; que si consuela a los afligidos y muchos más. Para mí este es el único retrato que conozco en que la Virgen María está trabajando, que lo hace con sumo cuidado porque observa la trama enmarañada y no mira al cielo buscando ayuda divina. Me gusta eso de que consuela a los afligidos porque quienes nos dedicamos con seriedad a las ciencias sociales nos desesperamos cuando llega este momento de avanzar hacia el informe final.

Por cierto, en la década de 1980, el entonces sacerdote jesuita Jorge M. Bergoglio, hoy papa Francisco, imprimió esta imagen en Argentina para distribuirla en estampas entre los fieles católicos.

Bueno, como disciplinada devota marxista y feminista de las intenciones de esta Virgen, comienzo a explicar cómo desanudar la trama de informaciones que recogimos en las entrevistas, los diarios de observación, los análisis de contenido y las lecturas de documentos. Dividiré este proceso en tres partes: la primera consiste en organizar las informaciones, la segunda radica en interpretarlas, en darles sentido, mientras que en la tercera redactaremos el informe final de manera que sea una lectura comprensible y agradable.

¿Cuáles son los pasos para organizar la montaña de informaciones que recolectamos? Comencemos por tener ante nosotros las informaciones que recogimos en cada uno de los instrumentos, lo que significa que coloquemos separadamente sobre nuestra mesa de trabajo o en nuestra computadora las entrevistas, los diarios de observación, los resultados del análisis de contenido y los de las lecturas que extrajimos de los documentos. Antes de clasificarlas por los temas de nuestra investigación, debemos “sacar” las respuestas de cada instrumento y organizarlas de acuerdo con las características sociodemográficas de cada persona. Si aplicamos cuestionarios con respuestas cerradas, existen programas de computación que procesan en un instante toda esta escabrosidad de datos. Pero como yo uso métodos cualitativos con muestras que no son estadísticamente representativas, me concentraré en cómo proceder con los datos contenidos en estos procedimientos. Cuando empecé a investigar hace demasiados años, organizábamos estas respuestas en “sábanas” con columnas dispuestas horizontalmente para cada respuesta y con un número para cada persona, que aparecía verticalmente. Así salen los resultados organizados de los programas computarizados porque son cientos, miles y hasta millones de personas si se trata de los censos de población. Pero como yo los hago a mano, como la querida virgen, si tengo tiempo, reproduzco las vetustas sábanas y, si los días para entregar los resultados los tengo contados, anoto los datos con marcadores.

Es importante que conozcamos claramente cuáles fueron las características sociodemográficas de cada persona para vincularlas con sus respuestas de opinión. Como trataré esto en otro artículo, solo les adelanto que tenemos que captar y comprender las diferencias y las similitudes de lo que expresan estas personas de acuerdo a su edad, género, color de la piel, nivel educacional, ocupación y muchos otros.

Procedemos a organizar estas, ya organizadas de acuerdo con los temas que nos propusimos investigar que aparecen en el diseño de la investigación, ese que nos costó un enorme trabajo hacer y que cambiamos varias veces, pero que nos ha guiado en todo el estudio. En ese diseño definimos cuál fue el tema o cuáles fueron los temas que indagaríamos; reflexionamos metodológicamente los porqués de nuestra selección y de los procedimientos que escogimos; establecimos los objetivos, los problemas, las hipótesis, “operacionalizamos” los conceptos, decidimos la muestra y nos propusimos un calendario tentativo, que casi nunca cumplimos. Aplicamos experimentalmente los instrumentos antes de decidir cómo redactarlos definitivamente y, por supuesto, los empleamos con la muestra definitiva.

Ejemplificaré este paso de cómo organizar todos los datos según los temas contenidos en el diseño valiéndome de un estudio que realicé sobre las características genéricas de las emigraciones cubanas entre 1994 y 2008. Fueron las cubanas y los cubanos que emigraron tras vivir dos décadas o más en su país de origen y que llevaron consigo una ideología de género de lo que significa ser mujer, ser hombre o ser una persona no heterosexual que adquirieron en una sociedad donde las relaciones de género se transformaron radicalmente. Mi primer propósito fue aproximarme a las especificidades genéricas de quienes se marcharon de Cuba a partir de los noventa, con el fin de sacar a la luz las singularidades de su ideología de género y de la feminización de las migraciones internacionales en Cuba.

En segundo lugar, quise encontrar los orígenes de esas actitudes en las estructuras sociales prevalecientes en Cuba a lo largo de la infancia de estas personas, de su adolescencia y adultez temprana. Esto constituyó un primer paso para compararles con los cubanos y cubanas que emigraron antes de los ochenta y con los emigrados y emigradas latinoamericanos y caribeños.

Por último, intenté producir conocimientos nuevos sobre los procesos migratorios internacionales cubanos por la vía de utilizar una perspectiva de género, así como de estudiar las relaciones de género que prevalecieron en Cuba en los años que precedieron a la crisis de los años noventa y en la primera década del siglo xxi.

Los procedimientos que empleé en este estudio fueron las entrevistas a expertos en género y migraciones internacionales, las entrevistas a 55 cubanas y cubanos emigrados, el análisis de la bibliografía sobre estas cuestiones y el diario que escribí con mis observaciones entre 2003 y 2008. Para organizar todas las informaciones contenidas en estos métodos de acuerdo a los temas de mi diseño tuve que leer varias veces los datos recogidos en cada uno de ellos para “sacarlos” y agruparlos bajo cada uno de los temas. Cometeríamos un grave error si intentamos construir los temas separadamente, esto es, rellenándolos con las informaciones que recopilamos en cada uno de los procedimientos. Si lo hiciéramos así estaríamos encasillando las realidades que estudiamos en compartimentos incomunicados, pariríamos una longaniza de datos y de opiniones sin darles el sentido que tienen en la vida real, que es nuestro propósito para llegar a “lo concreto pensado” o a las interpretaciones científicas.

Una vez que identificamos exactamente qué buscamos en nuestro estudio, tenemos que conocer cuáles son las condiciones históricas concretas en que se produjo el fenómeno que indagamos, o, lo que es lo mismo, cómo se manifiestan las relaciones económicas, políticas, ideológicas y culturales del país en la situación especial que escogimos para investigar. En esto consistió mi segundo propósito como una manera de “operacionalizar” el concepto marxista de la formación económica y social. Sin esto no hubiera podido comprender por qué las características genéricas de las cubanas y de los cubanos que emigraron en los años que elegí son propias de ellos en cuanto a “las maneras de ser” y a “las maneras de pertenecer”, conceptos que estudiaremos más adelante. Se diferencian enormemente de las actitudes genéricas de quienes emigraron de Cuba en las décadas de los sesenta y setenta. Probablemente esto no aparecerá en todos los instrumentos que aplicamos sino, específicamente, lo tenemos que reconstruir a partir de analizar los documentos que incluimos en la muestra a estudiar. A esto dedicaré el próximo artículo.

Posdata: Si quieren conocer las imágenes de la Virgen Desatanudos y sus historias, búsquenla en Google bajo ese nombre.