BURLINGTON, Estados Unidos, 7 Oct 2018 (AFP) - Cuando Christine Hallquist contó a sus hijos que quería ser candidata a gobernadora de Vermont, se enojaron. Cuando se lo contó al directorio de la empresa que presidía, pensaron que era una broma.
Meses después, está a punto de hacer historia como la primera gobernadora transgénero de Estados Unidos, si vence al actual gobernador republicano Phil Scott en las elecciones de medio mandato del 6 de noviembre.
Hasta ahora, Hallquist, de 62 años, era más conocida en su bucólico estado natal como la primera presidenta de empresa estadounidense en cambiar de género y liderar la batalla por la energía renovable.
Cinco años atrás era Dave, padre de tres hijos y esposo de Pat. Hoy es Christine, y aún convive con Pat, convencida de que puede triunfar contra un republicano moderado y bastante popular. Tiene también dos pequeños nietos.
Lanzarse a la política estatal por primera vez ha sido fácil en comparación con la transición que alteró su vida para siempre y el efecto que ésta tuvo en su familia, y que su hijo documentó en una película estrenada en 2016, “Denial” (Negación).
“Esto no es definitivamente lo más duro que he hecho”, dijo a la AFP Hallquist, vestida con un sobrio traje de falda y chaqueta en el apretado cuartel general de la campaña del Partido Demócrata en Burlington.
“En 2014 tuve cáncer, estaba segura de que me iba a morir”, dice. “Cuando llegó el momento de la transición, fue peor que enfrentar mi propia muerte... Así que una vez que cruzas ese umbral, estoy aquí sentada, disfrutando”.
“Déspota”
Hallquist trabaja duro en su campaña, atravesando el estado de lado a lado.
Pero la política nunca fue su plan: lo que quería era solucionar el problema del calentamiento global como presidenta de una cooperativa de electricidad de Vermont. Sin embargo, la elección de Donald Trump “cambió todo”.
El presidente estadounidense asumió su cargo tras una campaña incendiaria y ha buscado dar marcha atrás en los derechos transgénero, incluido un intento para prohibirles la entrada a las fuerzas armadas y poner fin a las protecciones federales sobre el derecho a usar el baño que deseen en las escuelas.