LA HABANA, Cuba, 2 de octubre (EFE).- El primer ministro ruso, Dmitri Medvedev, llega este jueves a Cuba para una visita de dos días en la que los dos países afianzarán sus lazos políticos y económicos en contraste con el cisma cada vez más profundo entre La Habana y Washington, en parte debido a la crisis venezolana.
La visita del jefe de Gobierno de Rusia tiene lugar, además, con la isla inmersa en una grave crisis de abastecimiento de combustible que ha obligado a aplicar medidas de ahorro en el sector estatal, incluidas restricciones en el transporte y la industria, y de la que el Ejecutivo cubano culpa a EE.UU. por dificultar la llegada de petroleros.
Se trata de la tercera visita de Medvedev al país, donde ya estuvo en 2008 como presidente y en 2013 con el mismo cargo que ocupa ahora.
Poco después de su arribo, se reunirá con el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, con quien, de acuerdo a información difundida por el Gobierno ruso, repasará la cooperación bilateral en los ámbitos del comercio, la economía, la inversión, la energía, el transporte, la cultura y la interacción humanitaria, entre otros.
Los dos dirigentes presidirán la firma de acuerdos bilaterales y contratos comerciales cuyo contenido concreto no ha sido avanzado, aunque en septiembre pasado el viceprimer ministro ruso, Yuri Borisov, adelantó que ambos países firmarían pronto una estrategia para la cooperación económica y comercial.
El primer ministro ruso será investido Doctor Honoris causa en Ciencias Políticas por la Universidad de La Habana, y visitará un proyecto de recuperación secundaria de petróleo en Boca de Jaruco, situado en la vecina provincia de Mayabeque, a unos 43 kilómetros de La Habana.
En esa iniciativa trabajan conjuntamente la petrolera rusa Zarubezhneft y la cubana Cuba Petróleo (CUPET), ambas estatales.
Aunque en la agenda no se menciona un encuentro con el primer secretario del gobernante Partido Comunista de Cuba (PCC), Raúl Castro, tampoco es descartable que se produzca dados los históricos vínculos bilaterales y la estrecha relación que el menor de los Castro mantuvo durante décadas con sus contrapartes de la extinta Unión Soviética.
Rusia es uno de los diez primeros socios comerciales de Cuba, una relación que los dos países quieren incrementar y que tras crecer un 34% en 2018 cerrará este año con un intercambio de unos 500 millones de dólares, según la previsión oficial.