Internacional

Reportan otros tres fallecidos y suman 27 las víctimas mortales de la despiadada represión

LA PAZ, Bolivia, 19 de noviembre (AGENCIAS).- Al menos tres personas murieron por heridas de arma de fuego y otras 30 resultaron heridas este martes en la ciudad boliviana de El Alto en enfrentamientos de seguidores de Evo Morales con militares y policías en una refinería, informó una fuente oficial.

La violencia social en Bolivia, que se desató después de las elecciones del 20 de octubre, que dieron la reelección a Morales, suma 27 fallecidos y más de 400 heridos, según datos de la Fiscalía General y la Defensoría del Pueblo.

Los enfrentamientos, que tuvieron lugar en medio de la crisis tras el golpe de Estado cívico-militar contra el presidente Evo Morales, se registraron durante un operativo de las fuerzas de seguridad (ejército y policía) para facilitar la salida de camiones cisterna para abastecer de combustible a la vecina ciudad de La Paz, informó la Defensoría del Pueblo.

“De acuerdo con información preliminar, las tres personas habrían fallecido producto de impacto de arma de armas de fuego, se desconoce las circunstancias en que ocurrió el hecho”, de acuerdo con un reporte de esta entidad.

Los heridos fueron llevados a hospitales de El Alto y de La Paz, algunos de gravedad que “requieren de cirugía”, según la Defensoría, que alertó de que se necesitan “médicos y medicamentos con suma urgencia” para atenderlos en alguno de estos centros sanitarios.

La entidad reclamó la desmovilización de las Fuerzas Armadas “a fin de evitar más muertes”, al entender que la situación en el país “requeriría sólo la intervención policial con fines disuasivos y de diálogo”.

Por su parte, las Fuerzas Armadas aseguraron en un comunicado que habían recibido “información de inteligencia” sobre el riesgo de que la refinería de la empresa estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) fuera tomada y destruida.

El Ejército y la Policía realizaron una operación conjunta para preservar “un servicio público esencial estratégico”, que se desarrollaba “de forma pacífica” hasta que “enardecidos y vándalos destruyeron parte de las instalaciones”, según los militares.

“Los violentos”, añade el comunicado, utilizaron “explosivos de alto poder”, con riesgo de “una explosión en cadena” en la instalaciones.

La renuncia de Morales ha sido calificada de “golpe de Estado” por varios gobiernos y políticos latinoamericanos.

Otros países han reconocido al Ejecutivo interino de Jeanine Áñez, mientras que parte de la comunidad internacional ha instado al diálogo sin pronunciarse sobre la crisis política.

La ONU llamó este martes a la contención a todas las partes de la crisis en Bolivia y subrayó que la muerte de manifestantes civiles no se pueden aceptar y que tiene que haber rendición de cuentas en esos casos.

La ONG Human Rights Watch (HRW) acusó este martes al Gobierno interino de Bolivia de tomar “medidas abusivas” como el decreto que otorga inmunidad a los militares y denunció el acoso a periodistas independientes y a políticos opositores.